Jueves 11-3-2021, III de Cuaresma (Lc 11,14-23)
“La multitud se quedó admirada”. Si las encuestas hubieran estado tan de moda en aquellos tiempos como en nuestros días, estoy seguro de que algún avezado periodista hubiera hecho un gráfico con la evolución de la popularidad de Jesús. Durante la primera parte de su vida pública, Jesús experimentó un impresionante despegue de popularidad. De ser un carpintero desconocido de una aldea pequeña y perdida, en poco tiempo se convirtió en el trending topic de toda Galilea. Pocos políticos han logrado un auge tan vertiginoso e imparable. En el apogeo de su misión, en la multiplicación de los panes, nos dicen los evangelistas que se reunieron para escucharle más de cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Para los estándares de la época, un auténtico éxito. Sin embargo, fue precisamente tras este episodio –con el discurso del pan de vida, en la sinagoga de Cafarnaúm, que san Juan recoge en su Evangelio– cuando se empezó a invertir la tendencia. Así, tan efímera como la espuma que sube, la fama de Jesús fue deshinchándose en las “encuestas”. Aunque todavía tuvo algunos episodios multitudinarios, como el paso por Jericó o la entrada en Jerusalén, poco a poco todos fueron abandonando a Jesús. Finalmente, rechazado incluso por sus más fieles seguidores, sólo un adolescente y un grupito de mujeres permanecieron fieles al pie de la Cruz.
“Pero algunos dijeron: ‘Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios’. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo”. Pero… ¿cómo comenzó este giro en las “encuestas”? Como siempre, por unos pocos que murmuran y otros muchos que, en vez de hacer algo para evitarlo, siguen la corriente. Una mentira repetida suficiente número de veces se acaba convirtiendo en verdad para la mayoría. ¿Y los que estaban allí, contemplando milagros como la expulsión de los demonios, podían acaso creer que ese impresionante poder era obra del mismísimo Satanás? Claro que no. ¿Y las multitudes no habían visto un signo del cielo? No uno, sino muchos. Sin embargo, dejaron que unos pocos sembraran la duda en sus corazones. Y así fue. Tanto entonces como ahora, está claro que los “creadores de opinión” no están a favor de Jesús. Y harán todo lo posible por arrancar la fe de nuestros corazones. Ahora bien… ¿les dejaremos que lo hagan, como todos aquellos que entonces aclamaban al Señor?
“El que no está conmigo está contra mí”. Yo creo que todo hombre moderno que oye estas palabras esboza una medio sonrisa ante la radicalidad de las palabras del Señor. ¿No será para tanto, verdad? ¿Es todo tan blanco y negro? ¿Acaso no hay una escala matizada de grises intermedios? Tampoco hay que pasarse y ser un fanático radical… Probablemente, lo mismo pensaron aquellos seguidores de Jesús. Y, porque no rechazaron totalmente el primer asomo de tentación contra la fe, porque no se apartaron de los que estaban contra su Maestro, acabaron con el tiempo abandonándole. Tú y yo debemos de reconocerlo, en nuestros ambientes no es fácil ser cristiano. Si no estamos totalmente con el Señor, lo fácil será que acabemos siguiendo cual borregos a la mediocre y anónima masa que se llama mayoría. Ahora que comenzamos a ver ese giro en las “encuestas” de popularidad del Señor, es el momento de hacer nuestra esa profesión de fe que Pedro –quizá demasiado “radical” para muchos– pronunció ante el abandono de muchos: “Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna”.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.
Rogad y orad para no caer en tentación.
Con corazónhumilde y encendido de Jesús el Hijo de Dios, y con la llama de Amor Viva del Santo Espíritu de Dios, oremos y roguemos ante nuestro Padre Dios, pidiendo perdón y misecordia para todas las personas, sin excepción. Y, seguro, el Reino de Dios vendrá a la humanidad doliente e indigente. Seamos Uno con la Santisima Trinidad.
“¡Quién no está contra vosotros está a favor vuestro!” Mucha gente que no es cristiana práctica el amor, la bondad, la justicia, muchas veces hasta mejor que los cristianos. No podemos excluirlos. Son hermanos y obreros en la construcción del Reino. Nosotros los cristianos no somos dueños de Jesús. Es lo contrario; ¡Jesús es nuestro dueño!”
Me he llevado a la oración, como tema de mi retiro de esta cuaresma «Aprender a perdonar» de Jutta Burggraf, y lo quisiera compartir.
Perdonar de todo corazón a veces nos parece un imposible, ante la gravedad de la ofensa y peor aún, ante la actitud del agresor, del opresor, del verdugo…
Cuando la ofensa es de un familiar o de alguién con un vínculo muy cercano, la resistencia a perdonar es todavia una reacción mas natural.
Con la gracia de Dios, podemos saltar los muros del corazón y perdonar, aunque el sentimiento no ayude y porque perdonar es un acto de voluntad que expresa una gran fortaleza interior.
Perdonar nos puede dejar a merced del opresor para que nos hiera nuevamente y aún así, nosotros incapaces de expresar amor tenemos que perdonar interiormente, y tenemos que intentar querer a la persona aunque obre injustamente y no muestre arrepentimiento.
No perdonar es matar espiritualmente al otro… Le identificamos con su obra y no le dejamos espacio para que se salve…
El camino a la reconciliación es el del perdón compartido, no el del perdón concedido al otro desde mi posición de justo… el matiz es fundamental.
Le pido al Espíritu Santo que me muestre el camino que debo andar en esta Cuaresma, para optar por la vida.
“…el reino de Dios ha llegado a vosotros…”
“… Yo seré vuestro Dios…”
“… convertíos a mí de todo corazón…”
“….Que todos sean uno , como tu Padre en mi y yo en ti, que ellos sean uno en nosotros…”
“… Ojalá escuchéis hoy su voz…”
“… desear el bien y poner en práctica lo deseado…”
Reina universal de todo lo creado, intercede por nosotros
Dios Mío. El tema del perdón. Seguramente, es la soberbia con la que tenemos que luchar a brazo partido , pues queremos perdonar y el maligno nos pone delante susceptibilidades que nos hicieron preguntar, » por que». La Cuaresma es tiempo de perdón. Quiero llevar mi Cruz Señor , Ten Misericordia de este pecador
Jutta Burggraf. Buscaré su libro : Conocerse y comprenderse.
La promesa del final de la Misa de hoy ha sido.
«Al demonio ni agua»
Tu Misericirdia Infinita Señor nos perdone y Proteja
En un programa de tv ,oí «, nunca inventamos rostros que no conoces.»
El rostro de Jesús yo lo veo claramente , lleno de firmeza, bondad y luz que te atrae como imán y no puedes dejar de mirarle,
Siento hoy una tranquilidad y paz interior por el día de perdón.
Gracias a mi director espiritual, por sus sabios consejos llenos de Amor arrollador a Dios Nuestro Señor
GRSCIAS