MARTES VI SEMANA DE PASCUA
San Juan 16, 5-11
Los apóstoles se entristecen al decirles Jesús que se va. El Señor anuncia su marcha, pero nadie le pregunta adónde va. Esto nos da una idea de la tristeza tan grande que embargaba a los apóstoles. Perder el Señor, para ellos, suponía perderlo todo. ¿También para nosotros?
Sin embargo, Jesús va a irse por nuestro bien. Sube al cielo con el fin de podernos enviar al Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo va a suponer:
- Dejará en evidencia el pecado, ya que la efusión del Espíritu Santo va a probar la divinidad de Jesucristo a través de las obras de la Iglesia.
- Traerá la justicia. Jesús sube junto al Padre y en su humanidad glorificada recibe todo poder. El que ha sido maltratado en este mundo y tratado como pecador recibe junto al Padre todo el honor que le corresponde.
- Testimonia que el Príncipe de este mundo ya ha sido vencido y condenado para siempre.
Jesús, pues, se va, para que su salvación pueda alcanzar a todos los hombres. Se completa así el misterio pascual en el que hemos vivido la muerte de Jesús por nuestros pecados y nuestra justificación gracias a su resurrección.
En los Hechos de los Apóstoles encontramos el testimonio de que todo lo que decía Jesús se cumple. Pablo y Silas, encarcelados, cantan himnos. Seguros de la victoria de Jesucristo no dejan que los cepos que les aprisionan apaguen su esperanza. Las puertas de la cárcel se abren y, sin embargo, los presos no abandonan la celda. Una vez más descubrimos que todas las cosas suceden en el mundo para la gloria de Dios.
Junto a la Virgen no hemos de temer nada … Hemos conocido a Aquel que siempre está con nosotros y llena totalmente nuestro corazón.
La verdad nos libera y nos muestra cuál es la meta que nos llena de paz y alegría. El buen padre, la buena madre, no es quien ríe las gracias del hijo sino quien le corrige, quien le ayuda a dar lo mejor, a pesar de sus límites y dificultades de la vida.
Rezamos este mes de mayo el Santo Rosario cada día, es el mes de la Virgen María, de Fátima. Mes de las flores a María. De las Rosas, del amor a la Madre y Reina del Cielo. Pidamos por la Paz en el Mundo. Y por las Madres que son tentadas al aborto. Por los niños que nacen cada día.
Vuestro hermano en la fe: José Manuel.
Buenos días Señor. Gracias por seguir Amandome Perdóname
“…me voy al Padre…”
“…vendrá a vosotros el Paráclito…”
“…os guiará hasta la verdad plena…”
“…participación en la resurrección …”
“…fuente de gozo incesante…”
“…hemos resucitado todos…”
“…entrar en su gloria…”
Madre del Salvador, intercede por nosotros