“¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!” Pocas veces el Señor regaña … Sin embargo, a algunos les gusta el Dios del no, de las amenazas y el juicio.
Es verdad que sólo Dios puede juzgar: “Todos admitimos que Dios condena con derecho a los que obran mal. Y nosotros, que juzgamos a los que hacen “eso”, hacemos lo mismo.
Si Dios castiga es porque primero salva. Por eso, de vez en cuando, viene bien que el Señor nos eche unos “ayes”, y que nos ponga en nuestro sitio de creaturas, redimidas por Cristo y amados de Dios … pero creaturas.
Debemos procurar regañar poco y anunciar con nuestra vida las misericordias de Dios con nosotros … y cuando enfrentemos la vida de los otros con Dios ya se darán cuenta de su pecado, de sus distanciamientos y olvidos, y se volverán a Él.
Los cristianos no podemos ser los eternamente enfadados o los críticos constantes de todo. Tenemos que ser transparentes, dejando mostrar la grandeza de Dios con nosotros, con toda la humanidad.
“Sólo en Dios descansa mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré”. No vacilaremos en predicar las misericordias de Dios. Si alguna vez hay que regañar hemos de hacerlo sin enfadarnos, y no juzguemos, pues sabemos que somos los primeros en hacer lo que reprobamos … hemos de encender nuestro amor a Dios.
Nuestra Madre la Virgen no nos regaña, nos enseña a su Hijo y coteja nuestra vida con la suya. Tal vez sea la mayor de las regañinas, pero lo hace con una sonrisa y dándonos la gracia para ser fieles.
Querido hermano:
El amor de Dios, que lo tenemos que hacer viral, no depende de lo que nosotros hagamos, Dios nos ama más allá de nuestras virtudes, y nos ama no a pesar de nuestros pecados, sino precisamente porque quiere hacerse presente en nuestra pequeñez y limitación.
Cuando en la relación con Dios nos enfrentamos a un gran baúl de normas y preceptos, hay quienes piensan que no tienen fuerzas para cumplir o que ya han metido la pata y que ya no es posible que Dios les ame; nada más lejos de la realidad. Solo es cuestión de invertir y saber que el vivir desde el amor de Dios es más que cumplir normas, aun cuando las normas las necesitemos para vivir ordenadamente.
Santa Maria Madre de Dios; te rezaré cada día el Santo Rosario. Pediré por la Paz en el Mundo. Bendita tú eres entre todas las Mujeres. Te pido por todas las almas especialmente por las más necesitadas de la Misericordia de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
¡¡¡¡ AMÉN!!!! .EN CRISTO CON ÉL Y EN EL. POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
OJO, CON ESO AMORCITIS MALZANA, DIOS TAMBIEN ES JUSTOO, SIEMPRE!!!! Y REPARAR EL MAL HECHO SIEMPRE, DE LO CONTRARIO QUEDARAN ATADURAS GRAVESS, DISCERNIR
Esperamos él Comentario del Evangelio, es lo que nos da fuerza y humildad.Jesús nos ha dejado Su ejemplo a seguir. Nos cuesta, pero es lo único que vale la pena
El buenismo de siempre, el irenismo modernista actual… aquí todo vale, el sincretismo religioso… así como si la vida cristiana no fuera un combate…, meditemos en las “dos banderas” de San Ignacio de Loyola.
Ahora los días son más cortos y a la salida de Misa de 7.30 resulta difícil encontrar taxi libre. Vario días casualmente me traen de vuelta algunos que ya ni les digo mi dirección,