Entre volcanes, terremotos, posibles apagones durante días, tormentas solares, nevadas, inundaciones, desabastecimiento, crisis energética, crisis entre países, el cambio climático o el no cambio climático, leyes absurdas, vidas amenazadas desde su concepción hasta su vejez…, hacen que el chaval que trabaja en mi parroquia me pregunte. “Pero ¿qué está pasando? Otros ya se han dado la respuesta y bendicen velas para los tres días de oscuridad, hacen acopio de alimentos y papel higiénico y no se construyen un bunker porque se quejaría el vecino de abajo. Ciertamente la situación está complicada.

En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:

«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».

Él les contesto:

«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí “o “Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».

Según se acerca el fin del año litúrgico las lecturas serán más apocalípticas y habrá quien vea que todas las señales se cumplen. Pero “como el fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.”

¿Cuál es a mi entender la mejor postura apocalíptica? Pues si en este momento me dijesen que en cinco minutos va a llegar el fin del mundo siguiese escribiendo este comentario, aunque no hubiera quien lo leyese después, primero lo hago para el Señor y después para vosotros, queridos lectores. Y el que está cuidando a su padre que siguiese cuidando a su padre, y el niño que está jugando siguiese dándole patadas a la pelota, y el cocinero o la madre probase el guiso a ver si está bien de sal…, que cada uno siguiese haciendo lo que estaba haciendo si es algo que puede hacer en la presencia de Dios.

En ocasiones retrasamos la confesión pensando que ya habrá un momento mejor…y llega el fulgor del relámpago. Y posponemos ese pedir perdón a quien hemos ofendido…y llega el fulgor del relámpago. Luego haré ese rato de oración…y llega el fulgor del relámpago. Ya me quitaré ese vicio …y llega el fulgor del relámpago.

La sabiduría cristiana es el mismo Dios. La sabiduría del cristiano es vivir siempre en Gracia de Dios. No se puede posponer la conversión de la vida pues lo dejas para más adelante …y llega el fulgor del relámpago. Y si tienes una vida muy complicada, un corazón muy torcido, o una enorme pereza espiritual ya puedes espabilar que llegará el día del Hijo del Hombre.

Mientras tanto no nos parezca que padecemos mucho, poco es ante la gran cantidad de pecados que hay en el mundo y tantas negaciones de Dios en nuestro tiempo, ¡ojalá pudiéramos reparar más!

Ahora estás terminando este comentario ¿lo que vas a hacer después lo puedes hacer en la presencia de la Virgen María? Pues adelante y cuando llegue el Hijo del Hombre nos encuentre en vela.