Alguna vez alguien me ha planteado la siguiente cuestión:
– Si Dios no nos hizo para estar solos, ¿por qué los curas no se casan?
– Por que casarse no es la única manera de no estar solo.
Lo que está claro es que no es bueno que el hombre esté solo. No hemos sido hechos para andar solos. La vida del hombre no se realiza en soledad. Estamos hechos para la comunión. No es una opción. Es como si quisiésemos buscarle el sentido a la existencia de un pincel que no pinte. Es verdad que puede servir para limpiar polvo en rincones difíciles, pero su existencia sería una existencia frustrada.
Los discípulos son enviados por Jesús de dos en dos, para que no anden solos.
En la Iglesia hay gente que trata de vivir su fe sola, o relacionándose lo menos posible con nadie. Suelen ser personas serias, rígidas, tristes, huidizas, …raras. Conozco también gente que vive su fe junto a otros y suelen ser personas abiertas, alegres, que crecen y que ayudan otros a crecer. Las relaciones humanas no están exentas de conflictos pero los conflictos bien gestionados se pueden resolver muy bien. Los que no tienen remedio son los conflictos que se come uno solo.
El Señor los hizo ir de dos en dos. Hay veces que la soledad puede estar bien, pero querer andar la vida cristiana a solas con uno mismo es un suicidio.