PRIMERA LECTURA
Con todo su corazón David entonó himnos, demostrando el amor por su Creador.
Lectura del libro del Eclesiástico 47, 2-13
Como se para la grasa en el sacrificio de comunión, así David fue separado de entre los hijos de Israel.
Jugó con leones como si fueran cabritos, y con los osos como si fueran cordero.
¿Acaso no mató de joven al gigante, y quitó el oprobio del pueblo, lanzando la piedra con la honda y abatiendo la arrogancia de Goliat?
Porque invocó al Señor altísimo, quien dio vigor a su diestra, para aniquilar al potente guerrero y reafirmar el poder de su pueblo.
Pues él aplastó a los enemigos del contorno, aniquiló a los filisteos, sus adversarios, para siempre
quebrantó su poder.
Por todas sus acciones daba gracias al Altísimo, el Santo, proclamando su gloria.
Con todo su corazón, entonó himnos, demostrando el amor por su Creador.
Organizó coros de salmistas ante el altar, y con sus voces armonizó los cantos; y cada día tocarán su música.
Dio esplendor a las fiestas, embelleció las solemnidades a la perfección, haciendo que alabaran el santo nombre del Señor, llenando de cánticos el santuario desde la aurora.
El Señor perdonó sus pecados y exaltó su poder para siempre: le otorgó una alianza real y un trono de gloria en Israel.
Palabra de Dios.
Sal 17, 31. 47 y 50. 51
R. Bendito sea mi Dios y Salvador.
Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor;
él es escudo para los que a él se acogen. R.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Te daré gracias entre las naciones, Señor,
y tañeré en honor de tu nombre. R.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido,
de David y su linaje por siempre. R.
Aleluya Cf. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
con un corazón noble y generoso,
la guardan y dan fruto con perseverancia. R.
EVANGELIO
Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6, 14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él.
Unos decían:
«Juan Bautista ha resucitado, de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él».
Otros decían:
«Es Elías».
Otros:
«Es un profeta como los antiguos».
Herodes, al oírlo, decía:
«Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado»
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo, pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo daré».
Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».
La madre le contestó:
«La cabeza de Juan, el Bautista».
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.
Palabra del Señor.
Juan Bautista es asesinado por otro Herodes, vicioso de lujuria pasajera y déspota. Juan, por el contrario, es fiel a Dios, que nos trasciende y nos ilumina. Juan es profeta de la Verdad, Juan es testigo. Juan acepta su cautiverio injusto, pero no deja de proclamar la Ley de Dios y, reprocha a Herodes que tome como mujer a la de su hermano, cuando ya ha sido madre, por lo que no respeta a su hermano, a su cuñada ni a sí mismo.
Herodías, que consiente la promiscuidad con su cuñado, por estricto interés, no soporta que se lo mencionen. Y su hija, joven, bella de cuerpo y graciosa en sus movimientos, hace equipo con la causa lasciva de su madre, hasta desear la muerte de quien la corrige, aunque sea con respeto.
Hoy somos los que creemos en la presencia de Jesús Vivo y Resucitado en el mundo, los que tenemos que recordad al mundo que los actos de los hombres deben orientarse a hacer el bien, respetando la vida de todos los seres humanos, desde su concepción, hasta su muerte natural, que aborto o eutanasia, es criminal. Que la promiscuidad sexual es aberrante y esclaviza. Que la falta de afecto, en el matrimonio, es la causa de la infidelidad, y que los cónyuges, que, primero, se han enamorado, después, se han comprometido en matrimonio Santo, deben entregarse, con respeto y humildad, cada cual, cada día a hacer más fecundo su Amor conyugal para hacerse Uno con su cónyuge, para que sus hijos tengan un modelo de Familia. Y poner a Jesús bien presente en el todo tiempo familiar.
Seamos Testigos de Jesús, El Enmanuel, el Dios con Nosotros. Siempre con Jesús, María y José. Siempre en Comunidad con la Iglesia.
En el Evangelio ponemos la mirada en Herodes, el cobarde, y en Juan Bautista, mártir de la verdad, y en Salomé, la marioneta. Herodes convivía con Herodías, la mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tenerla por esposa.
Herodes está viviendo en la encrucijada. Por un lado, respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía: «Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto».
Pero, por otro lado, Herodes no quiere vivir contracorriente, no quiere enfrentarse a la verdad, prefiere el aplauso de los demás, no incomodar a nadie, aunque le lleve a ir en contra de sus principios. Por eso cuando Salomé, hija de Herodías, le pide la cabeza de Juan, Herodes, aunque le entristece, como no quiere desairar a nadie, accede.
Pensamos hoy en situaciones sociales y familiares en las que, igualmente, hemos podido renunciar a principios fundamentales, con tal de no ir en contra de la mayoría.
Da lo mejor de ti mismo y vive desde la verdad, que es la que te da verdadera libertad. Reza cada día el Santo Rosario. Pide por la Vida de las personas que no tienen fe. Y por los momentos difíciles que cada uno pasa en ella.
Tu hermano en la fe: José Manuel.
Señor nuestro hasta Herodes de duro y seco corazón tenía en su alma la semilla de Tu espíritu cuando gustaba de escuchar el bien la verdad y la justicia de la boca de tu primo Juan el Bautista pero los ídolos y dioses terrenos y galgos les dijeron hasta el punto de aniquilar al único q le acercaba a la verdad u la justicia y tras su muerte se resistió a pensar q esa verdad se hubiese acabado para siempre tu misericordia es eterna solo le faltor reconocerte a ti y a su pecado .. x