1. Andamos por la mitad de la Cuaresma. Hoy me interpelan especialmente lo que encuentro en la primera lectura: “no me escucharon ni me hicieron caso”. El profeta habla al pueblo de Israel que ha vivido la experiencia de la liberación de Egipto. Pero después se ha olvidado de Dios y no le ha escuchado. Se nos dice que Dios envió recurrentemente profetas para hablarles, pero que siguieron sin escuchar ni obedecer: “Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te escucharán”.
  2. En el meridiano Cuaresmal recordar que, por el bautismo también fui liberado de la esclavitud del pecado e introducido en la familiaridad con Dios. Desde entonces en multitud de ocasiones he escuchado la palabra de Dios y he sido llamado a una vida más intensamente cristiana. Lo he oído en la predicación, en la lectura espiritual, participando en retiros y encuentros… Pedir una mejor disposición para escuchar la palabra de Dios, lo que me quiere decir, y ponerlo en práctica.
  3. En la oración colecta de la Misa de hoy también se nos habla de ese tiempo cuaresmal que va corriendo. Aquí lo hace en positivo con la mirada puesta en la Pascua: “a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega”. Se habla de un progreso en las prácticas cuaresmales. Con independencia de cuál haya sido mi recorrido concreto hasta el día de hoy percibo la llamada a intensificar el combate cuaresmal.
  4. En el evangelio encontramos a Jesús que expulsa demonios. “Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros”. Algunos lo rechazan de manera infamante, acusándolo incluso de estar alineado con el demonio. No saben reconocer la misericordia ni la acción de Dios en la historia. Nosotros tenemos confianza en su amor y sabemos que Dios no nos deja.
  5. Sigue la oración por Ucrania. Mañana acto de Consagración del Papa Francisco. Notamos algunos efectos por los precios del combustible y la escasez de algunos productos a causa de la huelga de transportes. También incremento de precios. Pero el gran mal es el pecado que anida en nuestros corazones y que genera tantos conflictos. Por eso, que sepamos escuchar la llamada que Dios nos hace a la conversión, a abrir nuestro corazón a su gracia, a acoger su perdón y su misericordia.