A lo mejor es que no todos podemos entender el mismo idioma. Damos por sentado que mantener una lengua común que franquee las propias barreras, hará prospera la comunicación. Pero no es tan fácil entendernos. Tener un mismo idioma es tener sólo un ladrillo en la mano, y eso no basta, hay que hacer la casa. Cuando Neruda deja escrita aquella maravillosa declaración de amor en un verso, “me gustaría hacer contigo lo que hace la primavera con los cerezos”, sabe que no todos van a ser capaces de entenderla. A muchos les parecerá un texto ripioso y cursilón, otros no sabrán por qué hay que ser tan sofisticado para declararse. En cambio otros se tendrán que sujetar las emociones por dentro para que no se les note la conmoción.
El Señor hablaba como hablan los poetas que quieren mostrar algo verdadero, que no usan las palabras para ocultar la realidad sino para afinar en su búsqueda. Es como la gente que te hace pensar, qué valiosos han sido los profesores que nos han ayudado a crecer en nuestras elecciones vitales. El Señor, en el Evangelio de hoy, cuenta a los oyentes de la sinagoga de Cafarnaún quién es Él. Pero en vez de facilitarles datos de nacimiento y paradero de su oficio, les dice que es un pan verdadero que entra en cada corazón para dar vida desde dentro. En sus palabras de poeta de la verdad les está abriendo las entendederas para que razonen que tienen delante al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, y que el nuevo pacto que quiere hacer con ellos es entrar verdaderamente en sus vidas. Ni maná ni nada, Él es el único alimento necesario. Porque la carne y la fruta dan vida, pero conducen a la muerte. En cambio, el pan del Señor lleva al otro lado.
Piensa por un momento en todas las cosas buenas que tienen como límite la muerte. Te saldrán cientos, la audición de una sinfonía de Mozart, una tarde en la montaña con amigos, incluso el amor entre los esposos recibe el obstáculo mayúsculo de la muerte. Todo es tránsito, como diría santa Teresa, todo es trasunto de temporalidad, todo vuela arrastrado por unos minutos que no sabemos coger con las manos. Y de repente alguien, en una sinagoga de un pueblo pequeño de Galilea, dice que es capaz dar vida para siempre. No sé si tenemos suficientemente abierto ese pequeño cerebro del alma que ayuda a entender una regalo tan grande.
¿Cómo no vamos a tener pasión por la Eucaristía? Es que allí duerme el Señor y dador de vida. Mientras nosotros caminamos ofuscados por nuestras calles, hablando del tiempo y de nuestros agobios, en todas las iglesias derme quien es capaz de despertarnos a la vida.
Querido hermano:
Seguramente, tú y yo no hayamos tenido esa experiencia tan extrema, pero igualmente podemos vivir situaciones en las que la vida se llena de vacíos, de preguntas sin contestar, de rupturas, de relaciones heridas, de situaciones que nos producen un dolor interior que no sabemos manejar.
Te invito a que orientes tu vida en Cristo, a que le entregues tu vida a Dios, a que te alimentes diariamente de la Palabra de Dios y, siempre que puedas, del pan de la Eucaristía: «Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré».
Descubre cada día la belleza y la paz de estar en Cristo y vivir desde el amor de un Dios que está loco por ti.
Reza cada dia el Santo Rosario con la Virgen Maria. Pide que interceda por la Paz en el Mundo. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Hoy también yo quiero despertar a la vida, participar de la Eucaristía y abrazar sueños de eternidad.
Si en la vida hay oscuridad, dolor, soledad…en Dios tengo que descubrir el amor sin límites, la verdad infinita, la belleza total.
No comprendo que los que nos alimentamos de la Eucaristía manifestemos proclamas belicistas, hagamos distinciones entre personas y pueblos basadas en discriminaciones de cualquier tipo, o descartemos a pobres, enfermos, ancianos…y es evidente y palpable que ocurre.
Hoy quiero estar más unida que nadie en la Misa con el Papa, ser yo toda oídos para escuchar la Palabra, y poner mis manos y mi corazón a trabajar para servir a la consecución de la paz , al amor fraterno, al advenimiento del Reino de Dios.
La oración es omnipotente.La fe mueve montañas.
Hoy quiero mostrar, con algún gesto, como el Santo Padre nos muestra, que una silla de ruedas puede hacer más visible al Vicecristo que la silla gestatoria, porque un pollino fue el trono de Dios…mientras criaturas ridículamente soberbias hacen ostentación de poderes por sí mismos caducos y malévolos, y siembran la división y la destrucción.
Que María nos muestre el Camino a Jesús, y nos reconforte con su ternura de Madre en medio de la tribulación, a todos.
Q PELIGROS@S LOS ALEJADOS DE DIOS!!! O Q ESTAMOS VIVIENDO EN ESTE MUNDO APOSTATA!!! , AYAYAYYY