san Mateo 22, 34-40

“Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: ¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: Yo mismo traeré sobre vosotros espíritu, y viviréis. Pondré sobre vosotros tendones, haré crecer sobre vosotros carne, extenderé sobre vosotros piel, os infundiré espíritu, y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor”. Sin duda esta visión de los huesos es singular y muchos cineastas se han inspirado en ella para hacer películas de terror o aventuras. Los huesecillos cubriéndose de tendones y de carne … sin duda espectacular. Pero lo más importante no es que los huesos se recubran de tendones y de carne, lo más importante será que tengan espíritu y revivan. Si no es así me dará lo mismo tener amontonados un montón de huesos que un montón de carne. El espíritu del Señor es el que da vida y ocurre porque el Señor lo dice y lo hace, cumple sus promesas, no por nuestra valía ni la bondad de nuestros huesos.

El Evangelio nos habla del mandamiento principal, el del amor a Dios y al prójimo. Este mandamiento es como el espíritu para los huesos. Uno puede cumplir todos los mandamientos del decálogo (exceptuando el primero), de arriba abajo … Si no nos mueve el amor a Dios y el amor incondicional a los hombres por Dios, ya puede uno cumplir mucho y amar poco, que estará espiritualmente muerto.

Se habla mucho del amor, pero muy poco del verdadero amor. El amor nunca crea división, une, pone a cada uno en su sitio, es verdad, pero nunca desprecia al que es importante, ni olvida y arrincona a nadie. Algo así pasa con los mandamientos y el amor: Quien quiera vivir los mandamientos sin amor los tendrá descolocados y seguramente el sexto pase a ser el primero. Y quien quiera vivir el amor sin los mandamientos se encontrará con que no sabe poner carne a esos huesos y el espíritu no tiene donde anidar, es decir, acabamos hablando del amor sin decir nada.

La Virgen María, asunta en cuerpo y alma a los cielos, nos recuerda que huesos, carne y espíritu van juntos, eso es la persona humana, y que el amor se vive en concreto, amando a Dios y a los demás por Dios se llegarán a cumplir todos los mandamientos … Que ella nos ayude a no quedarnos sin espíritu.