Comer no es sólo un actividad fisiológica. De hecho nada en el ser humano tiene solo un significado fisiológico. Comer, como todo lo que hace el hombre, tiene un valor simbólico. Comer significa comunión y fiesta. Por eso los amigos del novio no pueden ayunar mientras el esposo está con ellos. Nadie se va de una boda en ayunas. Llegarán días en que a los amigos les arrebatarán al esposo y entonces ayunarán. Ayer estuve en el tanatorio y en la sala habían preparado un catering pero me dio corte comer, aunque era la hora de cenar. ¿Cómo ponerme a comer con mi amigo de cuerpo presente?.

El ayuno no es algo que Dios necesite de nosotros.  Es curioso cómo en los países de tradición católica se ha desarrollado también una gran cultura gastronómica (¿será el veganismo un retoño de la secularización?). Jesús está vivo y es el Señor, su Presencia es lo que hace de nosotros, los cristianos, un pueblo en fiesta.

El ayuno cristiano es consecuencia de una cierta ausencia. Ya pero todavía no. La Salvación ya está realizada pero todavía se tiene que consumar, el Reino de los Cielos ya está en la tierra pero la tierra todavía no está toda en el Reino de los Cielos.

El ayuno es el grito del cuerpo: ¡ven, Señor Jesús!