«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros»

A nadie le gusta que le odien. A mi no me gusta. Es más,  no creo que nadie tenga motivo para hacerlo. Pero de hecho lo hacen. Lo noto. Jesús nos explica por qué nos odian: «Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo…». Nos advierte que nos perseguirán, como hicieron con El.

A veces parece que los cristianos buscamos no ser odiados, ¿como? siendo más del mundo, tratando de agradar. A veces parece que la evangelización más que en llevar al mundo la Verdad es adaptar la Verdad al mundo, a sus modas, a sus ideologías. Vivir la caridad con el prójimo es ser políticamente correctos e ir pidiendo perdón por existir con la promesa de portarse bien.

El Señor no nos pidió que fuésemos violentos, conflictivos o beligerantes pero si nos enseñó a no extrañarnos de no caerle bien a todo el mundo. Y nos explicó por qué pasaría eso: «…por que no conocen al que me envió». Podía haber dicho: «os odiarán por intolerantes», pero no, dijo que nos odiarían «… por que no conocen al que me envió»