Hoy se clausura el año jubilar de San Isidro labrador.

Pocos santos son tan universales como el que hoy celebramos. Probablemente por sus circunstancias de ser un trabajador sencillo, esposo y padre, características que comparte con un gran número de fieles. Tiene mérito que su fama de santidad se extendiera tan rápido en una época en la que solo los nobles o los fundadores de órdenes, tenían a su favor los medios favorables para ello. Fue sin duda alguien cuya fama de santidad se difundió tan rápido por el hecho de que en vida fue un ejemplo de vida cristiana. La característica tan peculiar de que Isidro fuera un hombre de campo influye sin duda en la elección de las lecturas de la misa de hoy.

En el evangelio se nos propone la alegoría de la vid y los sarmientos. Una de las mejores, si no es la mejor, maneras de explicar en qué consiste la santidad de los cristianos. El énfasis en subrayar que es una y única, la vida de la vid y los sarmientos; qué cada fruta dado, en este caso los granos de uva, es simultáneamente, fruto de la cepa de la vid y del sarmiento del que brota, es una manera de subrayar que la santidad de los cristianos es la propia santidad de Jesucristo que se hace fecunda y visible en la vida de los creyentes.

Por eso la santidad no es cuestión de puños o fuerza de voluntad, sino más bien, la prueba incontrovertible de que Jesucristo está vivo y sigue haciendo milagros en los pequeños y sencillos. El principal y mayor milagro es cómo Él hace que todas las circunstancias sean ocasión propicia para nuestra santificación. Tan ocupado está el Señor en nuestra santidad que incluso cuando damos fruto, él espera algo más, algo mayor y mejor. Eso significa que el viñador pode al sarmiento que daba fruto para que dé mas fruto aún.

Yo, hoy le pido a Dios, que en mi vida sencilla y humilde, pero a la vez fecunda porque él me da su gracia, sea capaz de vivir mi realidad cotidiana en espíritu de oración y caridad.

Que mi vida dé muchos frutos para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación.