PRIMERA LECTURA
Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce.
Lectura del libro de los Números 21, 4-9
En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
– «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
– «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió:
– «Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.
Palabra de Dios.
Sal 101,2-3. 16-18. 19-21
R. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.
Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame en seguida. R.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
Versículo
V: La semilla es la palabra de Dios, y el sembrador es Cristo;
todo el que lo encuentra vive para siempre.
EVANGELIO
Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy».
Lectura del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: «Donde yo voy no podéis venir vosotros»?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que “Yo soy”, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.
«Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”»
«Debemos vivir el presente, valorar el hoy, pero no podemos olvidar que estamos llamados al encuentro definitivo con quien nos da la vida»
En este Evangelio Jesús nos muestra que todos buscamos la plenitud, la vida, pero que en muchas ocasiones nos equivocamos en la forma de buscar la felicidad, y podemos caer en la seducción de lo inmediato; de sensaciones que al principio nos dan mucho gozo, pero terminan por hundirnos y nos llevan a un vacío interior en el que necesitamos consumir más, tener más, ver más.
«Yo me voy —nos dice Jesús—, y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado; donde Yo voy, no podéis venir vosotros». ¿A dónde se dirige Jesús que no podamos acompañarlo? La dificultad no está en el lugar, sino en las condiciones y actitudes que mueven nuestra vida.
No podemos ir donde está Jesús si mantenemos actitudes, motivaciones que nos apartan de nuestro destino, nos enfrentan a los demás y nos adormecen en nuestra relación con Dios.
«Vosotros sois de aquí abajo; Yo soy de allí arriba. Vosotros sois de este mundo; Yo no soy de este mundo». En muchos momentos, estamos muy apegados a lo humano, a las cosas, a metas materiales; no somos libres, y sin libertad la vida no tiene sentido ni propósito.
Disfrutemos, sí; de la vida, de la amistad, de las oportunidades que tenemos por vivir bien, pero no perdamos de vista lo definitivo, lo verdadero, lo eterno. Recemos el Santo Rosario cada día Con al La Virgen Maria Madre nuestra y reina del Cielo. Pidamos por las almas del Purgatorio. Y por la Paz en el Mundo amen.
Querido hermano:
Jesús nos plantea redirigir nuestra mirada interior, enfocar nuestro corazón al destino que estamos llamados, purificar nuestros estímulos y motivaciones humanas.
Pues, como dirá Pablo: «Hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo».
Debemos vivir el presente, valorar el hoy, pero no podemos olvidar que estamos llamados al encuentro definitivo con quien nos da la vida. Por eso, no nos gastemos en exceso en las cosas pasajeras.
Cuanto amor el tuyo hacia nosotros y hacia el padre de Gail manera cumplir en todo Su voluntad y salvarnos x amor del pecado de la muerte y además decirlo a tus verdugos a los q te dañaron como yo al despreciarte ignorarte y calumniarte …aun así a ellos les avisas q cuando estés elevado en lo alto x tu Cruz muchos creerán y de salvarán x tu misericordia infinita …. Señor convierte mi corazón para q pueda así amarles a ellos y mostrarles tu misericordia