MIERCOLES 18 DE SEPTIEMBRE 2024 (SEM 24 TO CICLO B), CRISTO LO DA TODO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (7,31-35):
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación? ¿A quién son semejantes?
Se asemejan a unos niños, sentados en la plaza, que gritan a otros aquello de:
“Hemos tocado la flauta
y no habéis bailado,
hemos entonado lamentaciones,
y no habéis llorado”.
Porque vino Juan el Bautista, que ni come pan ni bebe vino, y decís: Tiene un demonio; vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Mirad qué hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Sin embargo, todos los hijos de la sabiduría le han dado la razón».
CRISTO LO DA TODO
Ni las tradiciones judías, ni los ayunos rituales, ni la mentalidad de ninguna tradición cultural y religiosa puede desafiar al Dios que se hace uno de nosotros, al Dios hecho hombre, a Cristo Jesús, tal y como lo conocieron sus discípulos, quedaron admirados por sus palabras, sus gestos y su mirada, y lo dejaron todo para seguirle. Ellos lo tuvieron muy claro: con Él lo encontraron todo, y Él no les quito ni un ápice, sino todo lo contrario, de su humanidad.
Como decía Benedicto XVI, Cristo “ciertamente les habría quitado algo” a los poderosos: “el dominio de la corrupción, del quebrantamiento del derecho y de la arbitrariedad. Pero no les habría quitado nada de lo que pertenece a la libertad del hombre, a su dignidad, a la edificación de una sociedad justa”.
Y dirigiéndose a los jóvenes, les preguntaba: “¿Acaso no tenemos miedo de renunciar a algo grande, único, que hace la vida más bella? ¿No corremos el riesgo de encontrarnos luego en la angustia y vernos privados de la libertad?”
“¡No!”, respondía. “Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada -absolutamente nada- de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana (…) Así, hoy, yo quisiera, con gran fuerza, y gran convicción, a partir de la experiencia de una larga vida personal, decir a todos vosotros, queridos jóvenes: ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”.