Jeremías 7, 23-28; Sal 94, 1-2. 6-7. 8-9 ; san Lucas 11, 14-23

No, no se preocupe por el título del comentario, no me he vuelto un converso de los representantes de la “kultura” actual y sigo y seguiré sin ver ni tan siquiera los títulos de crédito de algo que filme Almodóvar, el título viene a cuenta del Evangelio de hoy: “Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa”, ese grito tan cacareado hoy ¡no a la guerra! vamos a hacerlo nuestro hoy pero referido a la guerra interior, a buscar la paz y encontrarnos con Cristo.
Hoy muchos se declaran católicos aunque ponen “peros”: Soy católico pero no voy a Misa, soy católico pero no rezo, soy católico pero no creo en la Iglesia, soy católico pero no me convence la moral sexual, soy católico pero la doctrina social es sólo para el tercer mundo, soy católico pero, pero, pero… Pero escucha: “El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama”. En muchas personas, en mayor o menor medida, esos “peros” se van filtrando poco a poco en el alma y esas pequeñas dudas y complejos se van amontonando hasta formar un enemigo “más fuerte, que lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín”.
Una guerra no comienza si uno de los contrincantes no lucha. El Papa nos decía en Cuatro Vientos “la verdad no se impone, se propone”, a veces con muy buena intención, pues tenemos clarísimo que proponemos una palabra de vida y de verdad, nos puede tentar el dialogar con cualquiera sin tener en cuenta que hay personas que viven en contra de la fe, que su afán es hacer daño a la Iglesia y a los católicos y a todo el que manifieste su fe en Dios, son “la gente que no escuchó la voz del Señor su Dios y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la han arrancado de la boca”. Son hijos de Satanás, abortos de la mentira, hijos del odio a Dios y a la cruz a la que siempre “daban la espalda y no la frente” por lo que, por mucho que les razones y gastes en balde saliva, “ya puedes repetirles este discurso que no te escucharán; ya puedes gritarles que no te responderán”, son “tolerantes intolerantes”, “amables incapaces de amar”, “belicosos pacifistas”, “sabios que siembran la ignorancia” e “ideólogos de una humanidad deshumanizada”. Y con estas personas que promulgan estas ideas no se puede dialogar, pues siembran en el corazón la duda, la desazón, el desaliento que nos pone en lucha contra la gracia de Dios que actúa desde nuestro interior y nos quita la paz. Cuando te encuentres con estos vociferadores del Diablo o con sus ideas, tan sólo reza por ellos y da el testimonio de tu vida según Cristo, sin dialogar con la mentira y, si aceptan la misericordia de Dios, serán capaces un día de volverse a la cruz y decir “Realmente este era Hijo de Dios”, aunque hayan dedicado toda una vida a matarle le acogerá el abrazo de Dios. Pero si pretendes “dialogar” o dar razón a la sinrazón seguramente- no sería el primero que me encuentro- pierdas la fe o, casi peor, llenes tu vida de “peros”. Santa María danos tu entereza para seguir a Cristo de Belén al Calvario sin dejar que los enemigos asalten nuestra casa, que quiere ser siempre tuya.