Ya pasó lo de la lotería, y pasó lo que tenía que pasar, a unos les tocó y a otros no. Siempre hay anécdotas, curiosidades, gente a la que le hacía realmente falta que se alegra, gente a la que no le hacía falta que se esconde y los demás pidiendo la salud. Lo más triste que he leído es que una Administración de Loterías de Alcorcón había contratado los servicios de una medium para atraer la suerte, y como ha vendido el gordo la medium hasta en la sopa. En la Iglesia muchas veces hablamos de sexo, pero en el ranking de pecados está el sexto, y muchas veces olvidamos los tres primeros mandamientos que se refieren a Dios mismo. Y respecto al primer mandamiento no vendría mal el recordar lo que dice el catecismo de la Iglesia Católica: “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums” encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios. Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo —aunque sea para procurar la salud—, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.” Hoy la cita es larga, pero vale la pena recordarla, no sea que el año que viene las administraciones de lotería estén llenas de mediums, espiritistas, adivinos, magos, quirománticos, y muñequitos de vudú. La dueña de la administración de loterías, si es católica, tendrá que saber que tendrá que confesarse por faltar al primer mandamiento y por escándalo. Gracias a Dios siempre perdona.
“Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.” Cuando no se cree en Dios se acaba creyendo en cualquier cosa. La providencia es el plan que Dios va trazando, contando con nuestra libertad, para nuestra salvación. Busca sólo nuestro bien y nos respeta de una manera exquisita. El recurrir a la magia o molestar a los muertos (que suele ser un engaño diabólico), siempre trae consecuencias negativas. Desde luego si a mi me hubiera tocando el gordo y dijese que ha sido gracias a la intervención de la magia, me echaría a temblar. No es tontería ni miedo, es prudencia. Dios sólo tiene un precio: el amor que Él ha puesto en nuestros corazones, todos los demás quieren el precio de nuestra libertad, por lo menos. se ha hecho de la magia lago simpaticón, con Harry y su varita, pero si uno desconfía de Dios y pone su vida en manos de otro, le aseguro que ese otro no tiene el poder de dar la vida eterna.
“Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.” Esta noche el Niño-Dios estará en su portal, esperándonos y acogiéndonos desde la debilidad, y nos dará su luz. Ojalá nos de a todos la gracia de ir cumpliendo los mandamientos, empezando por el primero, con la fuerza que viene de lo alto y jamás desconfiemos de Él. Al portal no fueron las brujas sino los pastores. Nos ponemos en manos de María y de José para que nos enseñen el camino de la Vida, el camino hacia Cristo.