Empiezo un poco tarde a escribir esta semana, pero no me había enterado que ya me tocaba. Después de poner hace dos domingos la primera piedra de la parroquia han sido muchas cosas que preparar, y ahora queda ponerse en serio a construir el templo. Entre tanta cosa se me habían olvidado los comentarios…, pero nos ponemos manos a la obra.

A lo tonto, a lo tonto ya ha empezado la cuaresma. “Una más”, “como todos los años”, podemos pensar. Pero cada momento en nuestra vida es irrepetible, no tenemos marcha atrás ni podemos pedir un tiempo muerto. Cada instante de la vida puede ser un momento  fundamental. , luego no podemos dejar que se nos escapen. Por eso no puede ser “una cuaresma más”. Estoy convencido que el Señor en Cuaresma da muchas gracias especiales y no podemos dejar que la gracia caiga en saco roto.

“Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.” No tenían todas consigo los ninivitas. No había elegido el Señor al mejor predicador. Jonás fue (a la fuerza), sin convicción, con recelos y de mala gana. Lo normal hubiera sido que nadie le hubiera hecho caso. Pero Dios quería perdonar a Nínive y, por eso, a pesar de la mala disposición de Jonás y de la juerga que se debían tener los ninivitas, la predicación fue un completo éxito.

Tal vez pienses que esta cuaresma te has puesto muchos propósitos (tus propósitos) y cuando llegue le viernes santo te des cuenta que no te han servido para casi nada o, simplemente , no los has cumplido. Es posible. No por eso hay que dejar de hacer propósitos e intentar cumplirlos. Pero el principal propósito tiene que ser hacer cada día lo que Dios quiera, aunque no te apetezca. Ayer tenía una pereza enorme para acercarme al centro de reclusión de menores, era un día lleno de cosas y de gente que no paraba de ir y venir. Además la semana pasada fui para nada, pues ningún chaval se había apuntado para hablar conmigo. Pero después del evangelio del día no podía dejar de ir…, y valió la pena. Esas cosas que podíamos decir que son tontas son las más importantes. En ocasiones pensamos en grandes acontecimientos, y si no cuidamos los pequeños de cada día los grandes se nos harán eso… muy grandes.

“Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.” Si pensamos que para volvernos a dios y convertirnos de una vez por todas tiene el Señor que hacer un milagro con apariciones de santos, músicas celestiales y los tronos, las dominaciones, los principados y las potestades revolucionados, tal vez tengamos que esperar sentados mucho tiempo. Pero si nos acercamos al Sagrario con la certeza de que allí está el Señor sacramentalmente presente, con su cuerpo, su alma y su divinidad. Si nos empeñamos en vivir la caridad con los que tenemos alrededor, desde nuestra familia a nuestros compañeros de trabajo y con ese mendigo con el que nos cruzamos muchos días y al que ya no hacemos ni caso. Si decidimos que el ayuno, la limosna y la oración estén presentes -sin estruendo-, en estos días, entonces seguramente nos convirtamos… que falta me hace.

Se lo pedimos a la Virgen. Sólo con ella se llega hasta el pie de la cruz y no se sale corriendo en dirección contraria. y pedir un poco por mi parroquia.