¿Qué significa para el corazón de cada esposo eso que Jesús dice para definir su vida como casado, para definir su matrimonio, cuando dice que serán esposo y mujer una sola carne? Significa que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo os mira a vosotros, esposos, y os dice:

  1. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan su misericordia.
  • Dichosos vosotros, porque sabéis que Dios os ama infinitamente. Vuestros padres os transmitieron la fe, os acercaron a Dios a través de los signos de su amor, que son sus sacramentos, y vosotros respondisteis a su llamada libremente con el si de vuestro amor hacia él.
  • El siempre puso sus ojos sobre vosotros, ojos de ternura y de alegría inmensa, porque sabe que vosotros esperáis en su misericordia.
  1. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien o he elegido.
  • Tampoco sois vosotros los que os habéis elegido el uno al otro. No hay casualidades sino providencias, y Dios tuvo la providencia de poneros juntos en la vida.
  • Y os dio el mejor regalo que os podía haber dado: el uno al otro. Os eligió el uno para el otro. Del mismo modo que para muchos de nosotros, uno de los mejores regalos que Dios nos ha dado sois vosotros.
  1. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.
  • Benedicto XVI decía en la Jornada Mundial de las Familias en Valencia que no sólo sois cada uno de vosotros, imagen y semejanza de Dios, sino que vuestra unión es también imagen y semejanza suya, porque Dios es familia, amor infinito entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
  • Un sola carne, es decir, un mismo futuro juntos, una misma vida imposible de romper: nada ni nadie os quitará, si lo elegís como el tesoro más preciado de vuestra vida, la unidad entre vosotros, porque Dios mismo es y esta en ella.
  1. El amor disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca.
  • Temed a Dios, es decir, temed elegiros a vosotros mismos antes que esta unidad. Defendedla del hombre viejo que asoma en cada uno de nosotros, con uñas y dientes. Porque si le elegís a él antes que a vuestra unidad, Dios escapa, y esta se desvanece.
  • Sin límites. Este es el “sin límite” de vuestro consentimiento matrimonial: “en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”. Contracorriente, lo sabéis, porque la cultura dominante es pagana, y no entiende nada de este amor mutuo, sino sólo de aprovecharse mutuamente, de tenerse miedo mutuamente, no hasta que “la química” dure, como dicen, sino hasta que el roce aguante.
  1. El amor no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
  • Porque vuestro amor será difusivo (no encerrado ni aislado), si es verdadero amor de Dios. Y en vuestra vida juntos, vida de familia, con vuestros amigos, y con vuestro trabajo…
  • Y enseñaréis a vuestros futuros hijos, que son siempre el mejor beneficio social que un matrimonio puede dar al mundo, a amar la justicia y la verdad, porque les enseñaréis a amar a Dios. A ser, como vosotros, centinelas de la civilización del amor.
  1. Este es mi Mandamiento: Que os améis unos a otros como yo os he amado.
  • Amaros: es decir, amar en todo momento el tesoro de vuestro amor: estando juntos y estando en el trabajo. Amad la alegría de saber que vuestro amor es amado por Dios.
  • Como “yo os he amado” y Jesús nos amó hasta dar la vida por nosotros. Si estáis dispuestos a dar la vida el uno por el otro, estaréis dispuestos a dar, es decir, a “perder” cualquier cosa.
  1. Él es nuestro auxilio y escudo; con Él se alegra nuestro corazón, en tu santo nombre confiamos.
  • Solo Él es vuestro auxilio para siempre, sólo él es vuestro escudo ante los enemigos internos y externos que os acechen, sólo Él será vuestra fuente de alegría permanente. Sólo hay un secreto para que este instante de felicidad dure siempre: confiad siempre en Él, porque Él confía siempre en vosotros.