Han estado a punto de matarme. No, no ha sido un intento de asesinato con pistola y esas cosas. Han sido 60 días de jornadas de 14/16 horas al pie del Sagrario para dar la Sagrada Comunión a quien venía a la Parroquia, confesar, ver personas, animar a unos, desanimar a otros (je), aprender a usar YouTube, con Misas, comentarios al Evangelio, Regina Coeli, rosario y hasta contar la Biblia en directo, atender el hospital cuando llamaban. Y el fin de semana llenar la parroquia de carteles, cintas, flechas…, para cumplir la normativa. Pero esa época, de momento, ha pasado. Nuestra desconexión parroquial digital ha sido de un plumazo, hoy a las 7:45 se celebraba la Santa Misa y, ¡Oh milagro! respondían unas 90 personas. Así que me perdonaréis por colgar tan tarde el comentario al Evangelio, pero mi ordenador estaba todo este tiempo cumpliendo otras funciones y ahora lo he recuperado.

«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.» He rezado muchos días de estos en el testimonio de la parroquia abierta. Comprendo a aquellos más mayores que han tenido que cerrar, pero también sé del testimonio de muchas parroquias abiertas que han sido foco de luz y de esperanza para muchos. Como aquí en muchas parroquias se habrá dado el milagro de conversiones después de mucho tiempo lejos de Dios, de personas que han vuelto a redescubrir la acción de Dios en sus vidas, de muchos ratos de oración desde el dolor o desde la esperanza, del alivio de muchos miedos y del consuelo de muchos tristes.Sin duda alguna el Espíritu Santo ha estado muy activo, y debemos cada día agradecérselo.

Todavía las cosas no se han normalizado, incluso ponen algunos obstáculos a las parroquias para su normal funcionamiento. «Llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios.» Pero Dios hace las cosas a su manera. Al poder venir menos gente a los templos por cada celebración hay que multiplicarlas, al menos en la parroquia hemos pasado de 24 Misas semanales a 32… (imaginaos multiplicando por todas las parroquias del mundo), y el que cambia el mundo es Cristo desde la cruz, no las predicaciones a las masas, más o menos acertadas. Va a seguir siendo un tiempo de mucha Gracia de Dios, en el que se unirá el dolor y la esperanza. Hoy que es el centenario del nacimiento de Juan Pablo II, Testigo de Esperanza, nos encomendamos a él para que ilumine este tiempo, ya que también él pasó muchos momentos de prueba.

Perdonadme otra vez que hoy llegue el comentario a mediodía, pero más vale tarde que nunca. Pidamos a nuestra Madre del cielo que nos prepare muy bien para recibir y acoger cada gracia del Espíritu Santo. Y matar a vuestros curas…, pero poniéndolos a trabajar.