Mañana celebramos la Solemnidad de Pentecostés. Es un día muy importante porque recordamos la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles. El Espíritu Santo va a guiar a la Iglesia y una de sus funciones va a ser ir indicando en cada momento lo que conviene saber y cómo hay que actuar. Precisamente en el evangelio de hoy leemos esa pregunta que Pedro le dirige a Jesús: “Señor, y éste ¿qué?”.
Jesús responde con una evasiva. Y la respuesta que dio Jesús fue malinterpretada por algunos que pensaron que aquel discípulo, seguramente san Juan, no moriría. Pero el Señor no había dicho eso. Lo mismo podríamos aplicar a muchas otras palabras y acontecimientos de la vida de Jesús. Están escritos en el Evangelio y nosotros podemos interpretarlos de una determinada manera. Si la Iglesia no dispusiera de la asistencia del Espíritu Santo muy probablemente nos equivocaríamos con frecuencia sobre el sentido de los textos. De hecho, sin el Espíritu Santo, tampoco sabríamos a qué textos atender. Ni siquiera tendríamos la certeza de dónde se contiene la Palabra de Dios.
Por otra parte, se señala al final del evangelio de hoy: “Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir”. Al meditar estas palabras caigo en la cuenta de que el Señor no sólo hizo muchísimas cosas que desconocemos, sino que también ahora Él continúa actuando. Además, aunque ciertamente nos gustaría conocer con más detalle la vida del Salvador, lo importante es que conocemos aquello que nos conviene. Es lo que está contenido en el canon de la Biblia que nos propone la Iglesia. Pero no sólo disponemos de los textos sagrados, sino también del mismo Espíritu Santo.
Nuestra vida cristiana es conducida por Él. Por eso, aunque desconozcamos detalles de la vida de Jesús, sin embargo, podemos tener una relación muy estrecha con Él. Podemos también ir viendo de qué manera configura nuestra vida y la conduce. Desconocemos, al igual que sucede con el discípulo amado, que va a ser de nosotros, pero tenemos la certeza de que el Señor siempre va a estar ahí, acompañándonos. Eso es mucho más importante. El Espíritu Santo nos va modelando para que resplandezca en nosotros el amor que el Señor nos tiene y lo reflejemos a los demás.
En esta vigilia de Pentecostés, pidamos con insistencia que venga a nosotros el Espíritu Santo. Que sea Él quien conduzca nuestras vidas. No intentemos condicionar la ayuda divina ni antepongamos nuestros proyectos al plan de Dios. Lo mejor para nosotros es lo que Él ha dispuesto y, para que llegue a feliz término, nos envía el Espíritu Santo.
Debemos saber que la unidad no es tan solo don, sino que como todo don, es también tarea, por ello debemos trabajarnos cada día por conseguir la unidad interior, unidad con Dios y unidad con los hermanos. Jesús ora por la unidad de sus amigos y a la vez, nos deja la promesa de que a través de nuestra unidad, nuestra pastoral y nuestro testimonio serán creíbles y dará fruto del ciento por uno. Que en nuestro interior no deje de resonar el “Tú, sígueme”, y a la vez mantengamos la conciencia que otros muchos escuchan esto en su interior y tenemos que ser capaces de unidos la fe en Cristo Resucitado. ¡Feliz Pentecostés!
Ven Espíritu Santo, ven
Nos dice Jesucristo, a mí a vosotrso y a todos: Sígueme; no pierdas tiempo en preguntas o chismes inútiles, no te entretengas en lo secundario, sino mira a lo esencial y sígueme. Sígueme, a pesar de las dificultades. Sígueme en la predicación del Evangelio.
Sígueme en el testimonio de una vida que corresponda al don de la gracia del bautismo. Sígueme en el hablar de mí a aquellos con los que vives día tras día; en el esfuerzo del trabajo; del diálogo y de la amistad. Sígueme en el anuncio del Evangelio a todos, especialmente a los últimos, para que a nadie le falte la palabra de vida que libera de todo miedo y da confianza en la fidelidad de Dios. “Tú sígueme”.
No nos preocupemos por lo que Dios hace en el otro, ocupémonos de lo que Dios quiere hacer en cada uno, en ti. Sigue a Cristo y dale lo mejor de tu vida, no seas rácano y menos tacaño. Da lo mejor de ti.
Rezamos este mes de mayo, el Santo Rosario de cada día. Es el mes de las flores a María. Le Pedimos por la Paz en el Mundo. Por los niños que nacen cada día. Por los enfermos, y discapacitados, por las madres que son tentadas al aborto.
Vuestro hermano en la fe: José Manuel.
Hoy dia de Santa Rita.
Santa Rita de Casia (Roccaporena, 1381 – Cascia, 1457), en italiano Rita da Cascia, bautizada con el nombre de Margherita Lotti, fue una religiosa italiana y una de las santas más populares de la Iglesia católica.
Su nombre es probablemente una abreviación de Margherita. Sus símbolos representativos son las rosas, los higos y las amapolas.
“…a quien Jesús tanto amaba…”
“…Si quiero que se quede…”
“…la alegría de estas fiestas …”
“…os enseñará la verdad plena…”
“…el alma santificada…”
“…gozo pascual…”
“…junto con María,…”
Esposa del Espíritu Santo, intercede por nosotros
Muchas gracias Comentarista 9 por sus palabras, me animan a pedirle al Espíritu Santo que venga a mi vida, que me transforme, que me haga humilde, paciente, dulce… Todo eso que no soy… Que me enseñe a seguir el ejemplo de María para desarrollarme plenamente como mujer cristiana.
¡Ven, Espíritu Santo!
Había dicho el Señor. Yo rogaré al Padre y os dará otro Paráclito , para que permanezca con vosotros eternamente.
Oración de PENTECOSTÉS. Mi Oracion de esta noche. Seguir Tu camino . No me dejes desviarme jamás
Buenos días Señor Gracias a es día de PEBTECOSTES