Responsable significa saber que hay que responder ante alguien. La responsabilidad indica que no somos los dueños y señores absolutos sino que dependemos de alguien. Respondemos ante nuestra familia, los esposos entre ellos, los profesores ante los alumnos, todos los hombres ante Dios. Responder significa dar cuentas de algo que antes hemos recibido y de su uso; por tanto saber que nuestra vida, y todo lo que esta conlleva en el orden natural y de la gracia, son un don recibido de Dios.
Muchas veces no nos sentimos responsables, lo que significa que pensamos que estamos desvinculados. Entonces, todo gira alrededor de nosotros mismos. Se tiene como un logro de la vida humana la absoluta independencia, la ausencia de vínculos con otras personas o el entender la solidaridad como algo que nace de nuestra sola voluntad y que no viene exigido por nuestra condición social. Pero no es así.
La parábola de hoy nos habla de cómo hay que utilizar los dones que hemos recibido de Dios. Lo primero es saber recibirlos como una gracia y no como una carga. El servidor que sólo recibió un talento manifiesta su gran mezquindad. Ante los retos que ese don le ofrecía se cerró sobre sí mismo. Actuó movido por un miedo paralizante que nosotros vemos era la expresión externa de un egoísmo. De hecho lamentó haber recibido aquel talento y lo escondió. Lo primero que me viene a la cabeza es que aquel hombre no se dio cuenta de que la felicidad de su vida iba unida al don-misión, que se le había dado. Poco importa que la misión fuera, a sus ojos, grande o pequeña. Lo importante es que era la suya. ¿En qué consistiría sino su vida? Podemos preguntarnos como fue la existencia de ese hombre, que había renunciado a todas sus obligaciones y se había lanzado a una vida indolente y despreocupada. Me es fácil pensar que cada día, con el caer de la tarde, le sobrevendría un pesar por algo que no había hecho, que le faltaba. Y la respuesta estaba en ese talento que había escondido tan bien, para que no se perdiera ni se estropeara. Un talento lleno de virtualidades y que él había convertido en algo absolutamente inútil, Quizás su vida no fue más que el ensayo de esa excusa, que nos suena arrogante e irrespetuosa, con la que intenta salvarse cuando vuelve el Señor y le pide cuentas.
La felicidad de nuestra vida va unida al uso que hacemos de los dones que hemos recibido de Dios. Vemos, en la parábola como los diferentes siervos fueron premiados en función del rendimiento que habían dado. Pero, también vemos que aquellas personas fueron felices en la entrega, no exenta de preocupaciones y dificultades, para hacer rendir los talentos que les habían sido entregados. Hubieron de realizar un trabajo, que era su vocación. Al igual que ellos también nosotros hemos recibido un encargo de parte de Dios. Él nos sostiene de continuo para que podamos llevarlo a cabo. Ojalá cada noche, en el examen de conciencia, podamos presentarnos ante el Señor sin excusas. Entonces reconoceremos los bienes que Él nos ha dado y pediremos perdón por las cosas que hayamos hecho mal, sabiendo que Él va a seguir ayudándonos para salir adelante. El mismo desenlace de la parábola, en la que los siervos cumplidores dan un fruto proporcionado a lo que han recibido recuerda lo que enseña san Agustín de que Dios, cuando da la misión, da también la gracia para que podamos realizarla con éxito.
Querido Hermano:
La mediocridad no nos hace felices. El aspirar al mínimo no te permitirá conquistar batallas. En las enciclopedias no se habla de los mediocres, de los que han vivido su vida escondiendo sus talentos, por miedo o por vergüenza y, generalmente, por egoísmo. Pues la mejor forma para producir tus talentos es ponerlos al servicio de los demás.
Alguno me dirá que sí hay egoístas que han vivido para sí, que han acumulado muchísimo y que es de ellos de los que Wikipedia habla. Es verdad, pero también te digo que aquellos que han dado lo mejor, que han sido generosos, que no se han conformado con ir tirando, que han pensado en producir y multiplicar sus dones; todos ellos están inscritos en la mejor enciclopedia: en el Libro de la Vida.
Cuando puedas, lee la historia de Gedeón, a partir del capítulo 6 de Jueces, y deja de esconderte detrás de tus temores, de tus inseguridades, de tus pecados, de tus limitaciones. No utilices eso como excusa para no hacer. Empieza a creer en ti mismo, porque Dios cree en ti mismo.
Dios cree en ti. No sigas cautivo de los «no puedo» o de los «no es posible». Sé generoso, da lo mejor de ti siempre. Multiplica tus talentos y, por favor, no pongas tu mirada en tus limitaciones, pon tu mirada en Dios.
Deja de decir lo que no puedes hacer y comienza a creer en lo que Dios sí puede hacer.Reza el Santo Rosario cada dia. y rucuerda que quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta. Tu hermano en la Fe: José Manuel.
He vuelto ldel veraneo antes que nunca,por circunstancia imprevistas y hoy en la Parroqui se nota que la gente lo está apurando todo lo posible evitando el calor que aún no quieren dejarnos como me dijo una vez el Padre,, Jesús lo paso peor. .Desde luego de que nos quejamos. Ten Misericordia señor. Perdonarme
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