PRIMERA LECTURA
La lluvia hace germinar la tierra.
Lectura del libro de Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mí boca: no volverá a mi vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo».
Palabra de Dios.
Sal 64, 10abcd. 10e-11. 12-13. 14
R. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Tú cuidas la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales. R.
Así preparas la tierra.
Riegas los surcos,
igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes. R.
Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría. R.
Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan. R.
SEGUNDA LECTURA
La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-23
Hermanos:
Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios, y el sembrador es Cristo;
todo el que lo encuentra vive para siempre. R.
EVANGELIO
Salió el sembrador a sembrar.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga».
Palabra del Señor.
La escena que nos dibuja hoy el Evangelio es fantástica. Jesús estaba predicando en el lago, pero era tanta la gente que acudía que tuvo que pedir prestada una barca. Se subió a ella, se sentó y empezó a enseñarles.
Hoy el Señor no nos dirige una enseñanza de normas de comportamiento, sino el anuncio de cuál ha de ser la actitud, la disposición para recibir su Palabra. Esta parábola, seguramente la más conocida y representativa, nos habla del Reino de Dios, pero sin nombrarlo, cómo se hace presente y cuál es su fuerza.
Lo llamativo de la parábola no es cómo es acogida la semilla, sino la magnífica cosecha que produce la semilla que cae en tierra buena. Una dio cien, otra sesenta, otra treinta… Dependiendo de cómo acojamos la semilla de la Palabra, así daremos fruto en nuestra vida.
Reza el Santo Rosario, cada día tu hermano en la fe: José Manuel.
Tenemos que hacer que la Palabra de Dios llegue a muchos.
Como cristiano, siento dolor por tantos que impiden que la Palabra de Dios habite en ellos. Tenemos que hacer que la Palabra de Dios llegue a muchos, pero tenemos que disponer el corazón de las personas para que puedan acogerlo.
Unos están muy centrados en las preocupaciones de la vida, en llegar más lejos, en tener más, en conquistar metas humanas, y a Dios le dan el último lugar: “si queda tiempo y si tenemos ganas.”
Otros acuden a la iglesia, pero con una tristeza interior por pérdidas, enfermedades, o simplemente porque no han conseguido ciertas metas a las que aspiraban.
También hay otros que no permiten que la semilla de la Palabra se siembre en sus vidas y se da un rechazo explícito o se muestran indiferentes.
Reza el Santo Rosario, cada día tu hermano en la fe: José Manuel.
MI VIDA COTIDIANA DIARIA. (1)
Por José Manuel García.
Procuro atenerme a un plan de vida con constancia: unos minutos de oración mental, la asistencia a la Santa Misa –diaria, si me es posible–, la Comunión frecuente y acudir regularmente al Santo Sacramento del Perdón –
La visita a Jesús en el Sagrario, el rezo y la contemplación de los misterios del Santo Rosario y tantas prácticas estupendas que tú conoces que yo hago. Tú las puedes hacer también, hermano.
Tampoco me olvido que lo importante no consiste en hacer muchas cosas; me limito con generosidad a hacer aquellas que pueda cumplir cada jornada, con ganas o sin ganas. Esas prácticas me llevan, casi sin darme cuenta, a la oración contemplativa que brota de mi alma, más actos de amor, jaculatorias, acciones de gracias, actos de desagravio, comuniones espirituales.
MI VIDA COTIDIANA DIARIA. (2)
Por José Manuel García.
Mientras atiendo mis obligaciones: al descolgar el teléfono, al subir a un medio de transporte, al cerrar o abrir una puerta, al pasar ante una iglesia, al comenzar una nueva tarea, al realizarla y al concluirla; todo lo refiero a nuestro Padre Dios.
Dedico una hora diaria nocturna al rezo del Santo Rosario de la divina Misericordia, a las 3:00 de la madrugada. Parte de la noche la dedico a escribir mis comentarios del Santo Evangelio, inspirados por Jesucristo para el mundo entero.
Alimento espiritual que no debe faltar. Es cuando me encuentro más en mi sitio; ahí me espera Jesucristo, pues noto su presencia.
Este es mi día a día, el día a día de un cristiano, católico, apostólico, y bautizado por la Iglesia católica, apostólica.
Rezo cada día el Santo Rosario. Pido por la paz en el mundo, por las almas del purgatorio, por los perseguidos a causa de su fe.
Tu hermano en la fe:
José Manuel
Posdata: Soy padre de familia, no soy sacerdote. Duermo poco, pero me siento compensado espiritualmente con el amor de Jesucristo, mis hermanos en la fe, y mi familia.
Deseo que este comentario de mi vida espiritual y contemplativa haya sido de tu agrado.
Tu hermano en la fe:
José Manuel
Gracias JM por comentarnos los detalles de tu lucha cotidiana, nos ayuda.
Saludos desde el aeropuerto de Biarritz ( haciendo la oración , apoyándose a al evangelio del día y sus comentarios , a la espera del embarque) rumbo a París .
La Palabra de Dios es Vida en cada persona si nos dejamos moldear por élla.. Nuestros pecados se diluyen por la Palabra de Dios que es la narración de la Obra de sus Manos.
Dejémonos amar por Dios, oremos con humildad, con gratitud, pues Dios es Perfecto y Santo, para entregarse siempre a cada persona que lo reciba. Valoremos que la realidad es la presencia de Dios en nuestro corazón, si nos desprendemos de todo lo demás.
Oremos siempre al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo de Dios, en presencia de Jesús, María y José. Con humildad y perseverancia, como Piedras Vivas De la Iglesia.
El que tenga oídos, que oiga».
Claro que sirven JM .Y mucho.Porque ayuda a poner las almas delante de Dios.Y luego ya es cosa de El.