¿Cuál fue el signo de Jonás? Una cosa muy rara. Se lo comió un pez grande (una ballena es lo más grande que hay en pez) y lo devolvió a los tres días. Hay que aclarar que lo que hacía Jonás para que se lo comiera un pez era estar en el mar (normalmente los peces se desenvuelven mejor en el agua). Y estaba en el mar huyendo, yendo en dirección contraria a donde Dios quería que fuese. Tenía que ir a Nínive (eso anda por Iraq) y se embarcó camino de Tarsis. En aquella época Tarsis era «lo más lejos», algo así como la Conchinchina o Pernambuco. Por cierto, se cree que Tarsis era lo que hoy es España. El límite del mundo conocido. Pues bien, Dios le pide a Jonás que vaya a Nínive con una misión y, como no le apetece no es que se haga el distraído, es que se va para el lado contrario, pone tierra de por medio. Dice el evangelio de hoy que lo mismo que Jonás pasó tres dias y tres noches en el vientre del cetáceo, el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra, vamos en la tumba. Entrando y saliendo del pez, muriendo y resucitando,  Jonás comprobó lo grande y poderoso que es Dios, y eso fue lo que le llevó a Nínive con un mensaje de conversión que convenció a aquella ciudad pecadora. Fue tal la fuerza de su kerigma (anuncio de salvación) que no necesitó efectos especiales. Los ninivitas tampoco necesitaron efectos especiales, bastó con la fuerza de la palabra de Jonás.

La reina de Saba (se confirma que no se llamaba Elizabeth Taylor) acudió a Jerusalen para escuchar la sabiduría de Salomón. Hoy, miles de años después todavía hay judíos por aquellas tierras de lo que hoy es Etiopía. Ya se ve que la sabiduría de Salomón era realmente extraordinaria.

Jesús no dice que no vaya a hacer signos (entiéndase milagros), de hecho hizo bastantes, lo que dice es que «a esta generación adúltera y malvada» no se le dará más que el signo de Jonás, es decir la predicación. Qué importante es que estemos atentos a la predicación, que no nos entre por un oído y nos salga por el otro, por que por el oído viene la salvación.