Las parábolas hacen pensar, y la gente no quiere pensar. Lo quiere todo hecho. Nos gustan las homilías cortas, es más, no no gustan las homilías. Jesús se ve que desesperaba un poco a los oyentes. Jesús, ¿por que no hablas con más claridad? Por que hay cosas que no son solo para ser oídas, tienen que ser entendidas. Jesús no transmite solo información. Un profesor que te va a preguntar a final de curso para calificarte es mejor que no se vaya por las ramas. Pero Jesús no es un profesor que enseña una determinada ciencia o saber. Jesús no busca incrustar conocimientos en la cabeza.. Jesús busca cambiar el corazón, Jesús busca cambiar la mentalidad, la forma de pensar del discípulo. Y para eso no basta transmitir información, instrucciones claras. Su método tiene que ser otro. Por eso les habla en parábolas, para que piensen, para que se les rompa la cabeza, a ver si así, de tanto romperse la cabeza se les abren los ojos. Y de esa manera aprendan también a aguzar el oído.
Cuántas gracias tenemos que dar a Dios por todo lo que sabemos, por todo lo que comprendemos, por todo lo que hemos visto. Gente más inteligente y más cultivada que nosotros no lo ven. No conocen al Señor. Sea como sea hemos visto y oído las cosas que otros no son capaces de ver ni oír, ¿por qué será?. Misterios del corazón humano. Pero cuántas gracias hay que dar.
Querido hermano:
La fe cristiana no es repetir actos de forma mecánica o llevar una cruz al pecho o poner un belén en Navidad, o darse golpes de pecho o una especie de adornos en días especiales. La vida cristiana es acoger a Cristo y reproducir su vida y valores en nosotros.
Si queremos entender la vida de Dios, tenemos que entender primero que la fe no es un complemento o un adorno a todo lo demás que hacemos.
Si queremos vivir con el espíritu de Jesús, debemos actuar como servidores y promotores de humanidad, devolver la esperanza a quienes son considerados pecadores, sanar los corazones y mentes de quienes ya no ven futuro en sus vidas, levantar a los caídos.
Virgen Santísima, purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu santísimo rosario cada día. Hoy te pido por la paz en el mundo.
Tu hermano en la fe: José Manuel.
Para Jesús, el principio de la compasión fraterna está por encima de los prejuicios morales. Ahí está el reto y dificultad para el que quiere vivir al estilo de Jesús.
Esta misma clave la podemos aplicar al plano espiritual: los que acogen el Reino de Dios desde la fe y el encuentro personal con Jesús, poco a poco irán descubriendo la belleza de creer, pero los que solo lo acogen superficialmente, por cumplimiento, por tradición, terminarán aburriéndose y abandonar.
Siendo cierto lo anterior, también es cierto que la igualdad absoluta no es posible y tampoco es buena ni justa pues en lo humano hay quienes se comprometen más, arriesgan más y ponen sus talentos a producir mientras otros se dejan llevar por la pereza.
Virgen Santísima, purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu santísimo rosario cada día. Hoy te pido por la paz en el mundo.
Tu hermano en la fe: José Manuel.