A los sacerdotes, es normal, de vez en cuando nos cambian de parroquia. No es sólo un cambio de casa, es un cambio de gentes, de estilo, de amigos (aunque los buenos perduran), en definitiva, es un cambio muy grande habitualmente. Y a veces tienes la tentación de seguir viviendo en el pasado, que en la antigua parroquia no tienes las dificultades que en esta…, entonces lee el Evangelio: “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios”. Así que adelante en tu nuevo sitio, además el Sagrario sigue estando.

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno:

«Te seguiré adondequiera que vayas».

Jesús le respondió:

«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».

Seguir a Cristo es seguirlo sin condiciones. Como San Francisco se despojó de todo cuando demos nuestro sí al Señor no es un sí con condiciones: “Viviré más cómodo” “Todo será más fácil” ni tan siquiera “seré más feliz humanamente”. No caminamos como un rebaño sin pastor, sino que seguimos al Buen Pastor y como oveja no voy a indicarle al Pastor dónde están los buenos pastos. Podría intentar vivir toda mi vida mirando hacia atrás, recordando lo cómodo que estaba en mi pecado y que el arado de vueltas y mas vueltas haciendo surcos inútiles sin llegar a ningún lado y siendo completamente inútiles. El seguir a Cristo requiere la conversión del corazón y de la vida, y si Cristo se recostó en un leño no voy a exigirle llevarme una almohada.

Da igual que el rebaño tenga cinco ovejas o cincuenta mil, si llegan tres lobos y no están con el pastor harán un gran estrago. Sin embargo, el Buen Pastor ahuyentará a los lobos. En situaciones complicadas no busque el aplauso de la gente, que al final son tan débiles como nosotros, sino aferrarte a Cristo, seguirle y no perderlo de vista.

Hoy en el aleluya diremos con San Pablo: “Por él lo perdí todo, y todo lo considero
basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él”. Tal vez perdamos la admiración del mundo, cuando perdemos eso no sabemos lo que ganamos si no perdemos las huellas del Pastor.

¿Quieres seguir a Cristo? Deshazte de las excusas y ponte a caminar detrás de Él.

Hoy los misterios gozosos, que tu alegría sea la de María, tener a Jesús entre tus brazos.