¡Cómo nos gusta hablar de otros! N sé si es un vicio español o internacional, pero hay personas que se pasan horas hablando de otros. Y todavía nos gusta más que nos hablen de otros. ¿Te has enterado de que a fulanito le ha pasado tal cosa? ¿Sabes que Menganita está diciendo esto por ahí?  Ese comienzo puede dar horas y horas de amigable murmuración, brindis va, brindis viene, entre estupenda camaradería.  Ahora, como alguien te diga ¿es verdad lo que me han dicho de ti? Nos ponemos a a defensiva y si es posible no dejamos comenzar la conversación.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:

«Escuchad otra parábola: “Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.

Ya todos sabemos que la viña es el pueblo de Israel, pongámonos cómodos en nuestros asientos a ver qué tiene que decirles Jesús a estos sumos sacerdotes y ancianos. Y nos regocijamos viendo como el Señor les hace caer en sus propias palabras: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos». Y la respuesta de Jesús que les hace caer en la cuenta de que hablaba de ellos: «¿No habéis leído nunca en la Escritura:

“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. ¿Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?

Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».

Aplausos desde los bancos. ¡Qué buena lección les ha dado Jesús a estos judíos! Y nos levantamos a rezar el credo piadosamente. Ha sido una buena historia.

Pero… ¿Y si esa historia fuera por ti, por mí, por la Iglesia de nuestro tiempo? ¿Nos levantaríamos a aplaudir o exigiríamos al predicador que se callase?

Empezando por nosotros: ¿Hoy voy a Misa a recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor, su Palabra y su Gracia? ¿o me parece un acto heroico venir hoy a trabaja a la viña del Señor y por eso no me importa llegar algo tarde? ¿Está presente el Evangelio y la fe de la Iglesia en las decisiones de mi vida o ya sé yo que decisiones tomar con mi vida, que ya soy mayorcito? ¿Hago examen de conciencia a ver si mi vida se adecua con mi fe o quito de mi fe lo que molesta en mi vida?

Y respecto a la Iglesia, de la que formo parte: ¿Quiere anunciar a Jesucristo o quiere anunciarse a sí misma? ¿Quiere llevar a los hombres a Dios o quiere que Dios se acomode a los hombres de hoy? ¿Somos conscientes de que Dios vendrá a pedirnos frutos y no una oficina de sociología?

Cada cual que responda a las preguntas según crea, sin caer en la crítica fácil sino que “, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta”.

Hoy misterios gloriosos, mirando al cielo con María…, si comenzamos a mirar sólo a la tierra procura levantar la cabeza. Tal vez no estén hablando de otros.