PRIMERA LECTURA
Os envió al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor.
Lectura de la profecía de Malaquías 3,1-4. 23-24
Esto dice el Señor Dios:
«Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí.
De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo.
¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.
Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño.
Mirad: os envió al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. El convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la tierra».
Palabra de Dios.
Sal 24, 4-5ab. 8-9. 10 y 14
R. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía a los que lo temen,
y les da a conocer su alianza. R.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
en y salva al hombre que formaste del barro de la tierra. R.
EVANGELIO
Nacimiento de Juan Bautista.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué va a ser este niño?».
Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor.
Todo el evento del nacimiento de Juan Bautista está rodeado por un alegre sentido de asombro, de sorpresa, de gratitud. Asombro, sorpresa, gratitud. (…) Hermanos y hermanas, el pueblo fiel intuye que ha sucedido algo grande, incluso si humilde y escondido y se pregunta «¿Qué será este niño?» (v. 66). Y viendo esto preguntémonos: ¿cómo es mi fe? ¿Es una fe alegre o una fe siempre igual, una fe «plana»? ¿Tengo un sentido de asombro cuando veo las obras del Señor, cuando escucho hablar de cosas de la evangelización o de la vida de un santo, o cuando veo a tanta gente buena: ¿siento la gracia dentro, o nada se mueve en mi corazón? ¿Sé sentir las consolaciones del espíritu o estoy cerrado a ello?
Preguntémonos cada uno de nosotros en un examen de conciencia: ¿cómo es mi fe? ¿es alegre? ¿está abierta a las sorpresas de Dios? Porque Dios es el Dios de las sorpresas: ¿he «probado» en el alma aquel sentido de estupor que hace la presencia de Dios, ese sentido de gratitud? Pensemos en estas palabras, que son estados de ánimo de la fe: alegría, sentido de asombro, sentido de sorpresa y gratitud. (Francisco, Ángelus, 24 junio 2018) (VATICAN NEWS)
Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
en y salva al hombre que formaste del barro de la tierra. R.
Ven
“Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.”
Hoy también nos alegramos del nacimiento de una criatura, aunque, en muchos caso , nazca de mujer sin marino comprometido con la nueva vida. Aunque, a veces nazca de experimentos lamentables contra la familia…, pero de la nueva vida siempre nos alegramos porque es Luz de Dios.
Sin embargo ¿ Cuántas veces lloramos la muerte de una criatura asesinada en el útero materno? Porque hay una tendencia ideológica que declara como derecho materno el asesinato del hijo. Eso es aberrante, asesinar al indefenso para que no moleste. Es una expresión más del totalitarismo imperante en el mundo, que ya no utiliza camisas pardas con porras y pistolas, pero sí a la prensa esbirra que repite un millón de veces grandes mentiras para proclamarlas verdades oficiales.
Oremos siempre porque la Verdad nos haga Libres.y el Reino de Dios sea recibido por todas las personas del mundo.