SÁBADO 3 DE FEBRERO DE 2024, IV SEMANA TO CICLO B, COMO OVEJAS SIN PASTOR

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

COMO OVEJAS SIN PASTOR

A ti, a mí, a todos y a cada uno,

Jesucristo nos llama, nos llama con urgencia y con ardor,

Nos llama si escuchamos la recóndita voz de la conciencia,

Nos llama en el misterio insondable de su gracia,

En el silencio amoroso de la oración que abre el alma al soplo del Espíritu,

Nos llama en el don infinito de los signos sacramentales de su amor y su misericordia,

Y nos llama con su Palabra: nítida, verdadera, penetrante e interpelante,

Espada afilada que rasga y corta, para mostrar la verdad,

y que une y cura, reconcilia y salva,

que hiere y sana, y que nos refleja la luz del único sol que no se oculta.

Nos llama con el clamor de los niños y de los hombres y mujeres de este mundo,

Nos llama con sus vidas que ansían y mendigan felicidad,

Y que buscan respuestas verdaderas,

Nos llama cada vez que abrimos los ojos a la realidad que nos rodea,

Nos lama a través de los acontecimientos del presente,

con sus ecos, sus noticias, y sus voces, transmitidos por doquier,

y también con el ocultar interesado de tantas historias silenciadas.

Nos llama a través de la memoria de la historia, de sus luces y sus sombras,

Nos llama a través de sueños y empeños de un futuro más humano,

Nos llama en la mirada de muchos hombres y mujeres, que también hoy, como siempre,

“están como ovejas sin pastor”, envueltos en las redes de la ignorancia y la carencia,

de la soledad y el olvido, del dejar de luchar y de vivir por alguien o por algo,

o del dejarse llevar por el sin sentido de la evasión, del pecado y de la muerte.