PRIMERA LECTURA
Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 1-4

Hermanos:

Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.

No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

Palabra de Dios.

Sal 130, 1. 2. 3
R. Guarda mi alma en la paz junto a ti, Señor.

Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad. R.

Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
Como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí. R.

Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.

Aleluya Jn 8, 31b-32
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Si permanecéis en mi palabra – dice el Señor -,
seréis de verdad discípulos míos,
y conoceréis la verdad. R.

EVANGELIO
No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a uno de los principales fariseos que lo había invitado:

«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos».

Palabra del Señor.