Levítico 23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34-37
Sal 80, 3-4. 5-6ab. 10-11 ab
San Mateo 13, 54-58
¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre Maria, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?”. La familia, la patria, la tribu, el grupo de amigos, es sin duda uno de los entornos más sagrados y bendecidos por Dios. En comunión con dicho entorno, puede el hombre sacar a relucir lo mejor de sí mismo… Pero cuando la familia, el grupo de amigos, la tribu, se pervierten, pueden llegar a ser una verdadera cárcel, una red ansiosa de devorar cuanto cae en ella. El mito de Saturno devorando a sus hijos no responde a la originalidad de un excéntrico: muestra, antes bien, la crueldad que reside en la corrupción de los ámbitos más nobles.
Los paisanos de Jesús quisieron despeñarlo por un barranco. Sus parientes quisieron encerrarlo en un manicomio. Les hubiera gustado haberlo mantenido encerrado en la carpintería familiar, donde podían tener al Mesías bajo control como se posee un bien material en propiedad. Puesto que no pudieron hacerlo, decidieron acabar con Él… Tras la visita que hoy nos narra el evangelio de Mateo, Jesús rompió definitivamente con su familia y con la ciudad que lo vio crecer. De no haberlo hecho, jamás hubiera podido mostrar al mundo el Reino de Dios. El Maestro no volvió a poner sus pies en Nazareth. Hay lugares a los que no se debe volver jamás.
Imagino el terrible sufrimiento de María. Imagino los dimes y diretes, los chismes, las injurias soterradas vertidas en tertulias bajo los portales. Imagino aquellas silenciosas lágrimas de Madre, y oro para que Ella nos conceda estar en guardia siempre. Somos depositarios de tesoros maravillosos… ¡Cuánto tenemos que velar!
Es cierto! «Somos depositarios de tesoros maravillosos». Gracias por recordárrmelo. Esa frase me ha llegado.
Muchas gracias!
Es verdad, a veces me reconozco entre los maledicentes y criticantes. La mala condición humana, el demonio con sus artes. Le pido al Señor que me de algo de la fuerza que tenía el cura de Ars, para no caer en esa trampa.
Hijos de Caín ¡en guardia! que la muerte no es consuelo,suda mi piel y lubrifica mis malos pensamientos.¿somos Judá o no lo somos…si somos Judá no hay nada que temer….si no lo somos…si somos Edóm..como somos la montaña de Seír e Israel juntos…¡A ver quien nos puede! ¿no es cierto?.
nazido del polvo de un borracho y del coño de una puta:ese es Jesús. Dios. Tu Dios. Mi Dios. Nuestro Dios Y no hay `´as qué hablar:el borracho Herodes,María,la peluquera…Jehsu haz Norri….