Lunes 9-8-2021, Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Mt 25,1-13)
«Llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas». Con estas palabras tomadas del Evangelio se puede resumir la vida de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, cuya fiesta hoy celebramos. Esta santa fue una de las vírgenes prudentes que durante su vida se preparó para salir al encuentro del esposo de las almas, Jesucristo. ¿Cómo lo hizo? Con tres hitos marcaron su vida.
Edith Stein (que así se llamaba) era judía de raza y de religión, nacida en Alemania en 1891. Desde joven destacó por su despierta inteligencia y, a pesar de las dificultades por ser mujer, estudió filosofía con grandes maestros del momento. Siempre fue una auténtica y apasionada buscadora de la verdad. Movida por esa pasión, no dejó nunca de buscar hasta que se encontró con Aquel que es la Verdad misma en persona. Estando unos días hospedada en casa de unos amigos, cayó en sus manos el Libro de la vida, la autobiografía de santa Teresa de Jesús. Esta obra fue determinante para su conversión al catolicismo. Llegó así culminación de su larga búsqueda de la verdad. Edith recibió el bautismo en el seno de la Iglesia católica el 1 de enero de 1922.
Desde ese momento, Edith quiso ser carmelita. Entró en el Carmelo de Colonia en 1934, durante el terror de la Alemania nazi, y tomó el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. A partir de ese momento, se convirtió en esposa de Cristo, desposada con el único Esposo que es capaz de llenar plenamente el corazón humano. Al entregar a Cristo todo su corazón, sus afectos, su voluntad, su libertad, llegó a ser más plenamente una del número de las vírgenes prudentes. Durante esos difíciles años ahondó en la ciencia de la Cruz, sabiduría a través de la cual alcanzó las altas cimas de la contemplación divina. Así, Cruz y Amor fueron la divisa de Teresa, esposa de Cristo.
Sin embargo, nubes de guerra se cernían sobre los cielos de Europa. A causa de su ascendencia judía, Teresa tuvo que huir de Alemania y trasladarse al Carmelo de Echt, en los Países Bajos. Pero ni siquiera allí pudo librarse de la ocupación nazi, pues Holanda cayó ante los ejércitos de Hitler. En 1942, los obispos holandeses publicaron una dura carta contraria al régimen nazi, que se hizo leer en todas las parroquias del país. Como represalia, los alemanes apresaron a todos los judíos, también los conversos al catolicismo. De ese modo, Teresa Benedicta escribió el último capítulo de su historia. Como las vírgenes prudentes, fue al encuentro del Esposo. Arrestada por los nazis, fue enviada al campo de exterminio de Auschwitz, en Polonia, donde murió en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942. Así, culminó su carrera hacia la santidad con la palma del martirio. Entonces, sí, escucho la voz del Evangelio que clamaba: “¡Que llega el Esposo, salid a su encuentro!” Con su supremo sacrificio, santa Teresa Benedicta de la Cruz salió de este mundo para abrazar al Esposo, el Amor de su vida.
Cuantos ejemplos nos han dado tantos santos , dando sus vidas por Amor a Dios. El les habrá recibido en su Reino, con los brazos abiertos, lleno de Ternura y Amor
Querido hermano:
Más adelante, en el Evangelio de hoy, los recaudadores del templo le preguntan a Pedro: «¿No paga vuestro maestro el impuesto?». Jesús y otros tenían reservas con este impuesto pero, a pesar de ello, accede a la petición; obteniendo el dinero de forma milagrosa. Y le dice a Pedro: «Para que no se escandalicen, vete al lago, echa el anzuelo y saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás en ella una moneda de plata. Tómala y dásela por mí y por ti».
Cuando las personas son cristianos nominales, por la religiosidad heredada; al final es triste, pues muchos de ellos cuando crecen y tiene que tomar decisiones, la fe es de las primeras cosas que abandonan. En la fe no te conformes con un barniz externo, descubre la persona maravillosa de Jesucristo, y la belleza y gozo de la fe de un Dios que ha tomado la iniciativa de acercarse a tu realidad y a la mía.
Hoy rezamos como cada dia; el Santo Rosario, Pedimos a la Virgen Maria, Por la paz en el Mundo. Por las Mujeres maltratadas. Por la fe para que reine en el mundo.
Tu hermano en la fe: José Manuel.
La oración de Jesús en el Huerto
Jesús nos pone un ejemplo de oración y no solamente en esta ocasión, que fue después de la Última Cena al Huerto a orar, sino siempre que emprendía alguna predicación, siempre que visitaba algún poblado, al final, se retiraba a orar en lugares solitarios.
También nosotros aprendamos de Jesús, debemos ser gente de oración y, ahora, enfocada esa oración por la perseverancia de los seminaristas, por el aumento de vocaciones sacerdotales.
Rezamos como cada dia; el Santo Rosario, Pedimos a la Virgen Maria, Por la paz en el Mundo. Por las Mujeres maltratadas. Por la fe para que reine en el mundo.
Tu hermano en la fe: José Manuel.