Es el título, creo, de una película de la que me he acordado. Un grupo de soldados aliados preparan la fuga de un campo de concentración de la Alemania nazi. El objetivo es, no solo lograr salir del campo sino después de llegar a la frontera de Suiza sin ser descubiertos. Una vez cruzada la frontera ya estarán libres y seguros. Esa es la frontera que separa dos reinos, el reino de la muerte, el terror, la opresión y el reino de la paz, la libertad y la vida.
Hoy el Señor, al escriba que se ha acercado a preguntarle le termina diciendo: «No estás lejos del reino de Dios». No estás lejos, pero todavía no has llegado. El Reino de Dios ya está aquí y estamos cerca pero hemos de llegar. El Reino de de Dios es Paz, Libertad, Amor, Justicia, Vida eterna, en el no hay dolor, ni llanto, ni sufrimiento, ni muerte, sino alegría sin fin. Hemos sido sacados del campo de concentración de otro reino, el del príncipe de este mundo, solo nos queda llegar a la frontera que separa ambos reinos para siempre.
Quizá por eso la pregunta del escriba era tan pertinente y la respuesta de Jesús tan iluminadora. «Amarás a Dios con todo tu ser y al prójimo como a tí mismo». Esa es la ley más importante