DENTRO DEL LABERINTO

2Cor 3, 4-11; Sal 98; Mt 5, 17-19 Nunca daré suficientes gracias a Dios por haber recibido formación cristiana durante la adolescencia. No me faltaba, cada semana, aquella «charla» en que, sin miedo, se llamaba a las cosas por su nombre, y se nos enseñaba a discernir...