Ven, Espíritu divino, (que tanta falta nos haces)
manda tu luz desde el cielo. (e ilumina nuestras oscuridades)
Padre amoroso del pobre, (pues ante ti no somos otra cosa)
don, en tus dones espléndidos. (que no nos merecemos y casi no te pedimos)
Fuente del mayor consuelo. (Aunque busquemos consuelo en otros sitios)
Ven, dulce huésped del alma, (que la tengamos preparada para Ti)
descanso de nuestro esfuerzo. (Y motor de nuestra entrega)
tregua en el duro trabajo, (Aunque una vida es poco para dártela entera)
brisa en las horas de fuego, (que alientas, animas y das esperanza)
gozo que enjuga las lágrimas, (que tan pocas veces derramamos)
y reconforta en los duelos. (pues tu eres la Vida)
Entra hasta el fondo del alma, (sin quedarnos nada para nosotros)
divina luz y enriquécenos. (sin que quede sombra ni oscuridad)
Mira el vacío del hombre (aunque intentemos llenarlo de cosas)
Si tu le faltas por dentro; (entonces sí que somos pobres)
mira el poder del pecado (aunque parezca que estamos familiarizados con él)
cuando no envías tu aliento. (y entonces nuestra vida es muerte)
riega la tierra en sequía, ( y volveremos a dar frutos de buenas obras)
sana el corazón enfermo, (para ser capaces de amar como Tú amas)
lava las manchas, (tambie´n aquellas a las que nos hemos acostumbrado)
infunde calor de vida en el hielo, (pues ante Ti nada permanece frío o tibio)
doma al espíritu indómito, (y enséñanos a ser dóciles)
guía el que tuerce el sendero. (pues siempre hay camino de vuelta)
Reparte tus siete dones ( la sabiduría, la inteligencia, el consejo, la fortaleza, la ciencia, la piedad y el temor de Dios.)
según la fe de tus siervos. (pero auméntanos la fe)
Por tu bondad y tu gracia (que nunca faltan)
dale al esfuerzo su mérito; (pues sabemos que eres buen pagador)
salva al que busca salvarse ( y que nunca desesperemos)
y danos tu gozo eterno. (para mantenernos siempre alegres en tu servicio)
Virgen Santísima, ayúdanos a amar más y tratar diariamente al Espíritu Santo