Hoy no he podido colgar antes el comentario pues me he quedado sin conexión a Internet. Creo que en los próximos días me pasará frecuentemente, en el barracón la conexión es frágil y estamos haciendo cambios. Así me pasa en ocasiones, e comentario está escrito pero no puedo “colgarlo” en la web. Si falla la conexión lo que está en el ordenador se queda dentro del ordenador.

“No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo”. Decir “Señor, Señor” no nos da conexión directa con Dios. Cuando oigo rezar a los niños de catequesis y lo repiten como si fuesen los afluentes del Ebro por la derecha me da mucha pena. En ocasiones llamamos al Señor con menos pasión que al camarero. Podría el Señor decirnos. “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi.” Sería una pena que, con toda la buena intención, los padres no enseñasen a rezar a sus hijos y los sacerdotes a nuestros fieles. la oración no es sólo decir, sino también escuchar.

Que la Virgen nos ayude a asentar nuestra vida sobre la roca que es Cristo: orando, escuchando y obrando.