1Reyes, 2,1-4.10-12

Sal 1Crónicas 29

Marcos 6,  7-13

Jesús envía a los Doce. Aquella fue como una misión de prueba. Una vez haya subido al cielo los Apóstoles se dispersarán por todo el mundo anunciando el Evangelio. Entonces no serán sólo portadores de un mensaje sino también de la salvación misma. Por la imposición de las manos y la celebración de los sacramentos comunicarán la misma gracia de Dios.

El acercamiento a Jesucristo es posible a través de la Iglesia. Si en el Evangelio de hoy leemos esa primera misión de los Apóstoles, sabemos que ahora la Iglesia comunica al mismo Jesucristo. No sólo lo da a conocer sino que nos pone en contacto con Él. Es el misterio de la gracia.

No deja de causarme dolor lo mal que muchas veces se trata a la Iglesia. Eso se hace desde fuera, pero también los mismos católicos parece muchas veces que no seamos conscientes de que es gracias a Ella que nosotros entramos en contacto con Jesús. Podemos unirnos a Él y ser conducidos interiormente por el Espíritu Santo. Ahora bien, eso no es posible sin la mediación de la Iglesia, verdadero Cuerpo de Jesús.

Virgen María, que diste a luz al Hijo de Dios en la carne y eres también Madre de la Iglesia, enséñame a amar a la que me une a Jesucristo.