En el Evangelio de hoy se nos habla de los milagros que hacía Jesús. Con solo tocarle, las personas enfermas que le llevaban, se curaban.
Por otro lado la primera lectura nos habla de la creación con imágenes muy sencillas y fuertes. No quiero entrar aquí en visiones polarizantes ni teorías creacionistas, ya que sabemos que esta lectura pretende hacernos sensibles a que este mundo tiene un sentido, un Creador, que ha sido querido y que esto no contradice las teorías evolucionistas.
¿Qué tiene que ver la creación del mundo con las curaciones o milagros que hacía Jesús?
La primera lectura nos describe muy gráficamente que la tierra era un caos informe. Quizás nos recuerde a alguna de las muchas películas de ciencia ficción que hayamos visto. Pero existe otro tipo de caos.
Seguramente todos conocemos momentos en la vida donde uno se pregunta: “¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo se ha podido complicar esta relación tanto si éramos mejores amigos, si nos teníamos una confianza enorme, con lo enamorados que estábamos?” Sabemos que hay situaciones en la vida propia o en la de los demás, que se pueden llegar a complicar mucho y donde uno se pregunta: “Y ahora, ¿cómo salgo de aquí? ¡Qué caos!”
El papa Francisco habla en la Evangelii Gaudium de la inventiva infinita de Dios, que es capaz de “desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso de los más complejos e impenetrables”. En nuestras vidas aparecen estos “nudos” con mucha facilidad, a veces basta un pequeño mal entendido para ello. No importa en que estadío del “nudo” o del “caos” nos encontremos; Dios nos invita, a través de las lecturas de hoy, a dejarle tocar nuestra vida como está. El es capaz de hacer “que exista la luz” en esa oscuridad, que haya podido aparecer de forma inesperada o ya prolongada en nuestro día a día.
Este tipo de milagros pueden parecer menos espectaculares: poder sentir “el aliento de Dios” que calienta desde dentro y es capaz de separar las tinieblas de la luz y hacer ver que la vida es un regalo, las personas que tenemos a nuestro lado son un regalo, que hay muchas cosas que son luz en mi vida, que puedo alumbrar a los demás a pesar de seguir teniendo problemas, etc. Pero en momentos así Dios vuelve a crear el mundo.
Lo he vivido con intensidad.El Señor interviene en los momentos más inesperados para darnos su paz y amor. ¡Déjalo entrar en tu vida!, nunca te sentirás defraudado. Gracias.