Hechos de los apóstoles 2, 36-41
Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
san Juan 20, 11-18
Muchas veces decimos que la sociedad se está descristianizando. Viendo a muchas personas enfermas nos damos cuenta que pocos reniegan, en momentos de dolor o a las puertas de la muerte, de su fe. Seguramente antes no han sido modelos de cristianos, pero tampoco son malas personas, simplemente “no se han leído el manual”. Han visto a sus padres ser cristianos, y a sus abuelos y lo han oído de sus bisabuelos. Poco a poco el cristianismo se ha quedado reducido a unas prácticas poco útiles en la vida ordinaria y útil a la hora de la enfermedad o de la muerte. Habrá que leer el libro de instrucciones.
“ Pedro les contestó: -«Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos.» Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo: – «Escapad de esta generación perversa.»” Bautizados, en España, estamos casi todos. Eso de la conversión lo hemos oído tantas veces que tal vez nos suene como algo hueco o irrealizable. Hay que seguir leyendo las instrucciones.
“ Jesús le dice: – «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.”» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: – «He visto al Señor y ha dicho esto.»” Jesús resucitado está a la derecha del Padre, y nosotros, en la Iglesia, vivimos de las palabras y las obras de Jesús. María Magdalena no tiene que dar una interpretación de lo que ha visto, no va a contar sus experiencias, ella va a contar lo que Jesús le ha dicho, no otra cosa. Eso es lo que hace la Iglesia. No dice quién es Jesús “para mí” sino quien es Jesús hoy, vivo y actuante, por medio del Espíritu Santo.
Entonces ¿qué tenemos que hacer? En primer lugar rezar, hablar con Dios y leer su Palabra (da pena el desconocimiento que tantos católicos tenemos de la Sagrada Escritura), leerla con pasión, con interés, con avidez, no como una tortura. Y también conocer la doctrina de la Iglesia. Conocerla mejor que conocemos las instrucciones del GPS o las funciones del vÍdeo. Saber qué dice la Iglesia, y no conformarnos con los titulares de los periódicos anticlericales. Y entonces amar a la Iglesia, confiar en ella y sentirnos miembros vivos del cuerpo de Cristo, dejar de usar a la Iglesia para ser Iglesia.
Es una tarea para la Pascua. La Virgen sabía la íntima relación entre la vida de Cristo, la vida de la Iglesia y nuestra propia vida, ella nos ayudará a no vivir una fe superficial, de oídas, sino a vivir la verdadera alegría de sentirnos unidos a Cristo resucitado.
Es verdad. Cuando nos adentramos a leer y escuchar la Palabra de Dios con fe y con deseos de conocer más a Jesús, para mas amarlo y mejor servirlo;
sentimos esa necesidad de convertirnos en un instrumento que lleve la alegria de la buena nueva a los demás como Maria Magdalena.
Gracias padre por su reflexión. Dios lo bendiga.
Gracias. Esto es el Pan nuestro de hoy para mí hoy. Soy Catequista Confirmación. Comparto esto con mis compañeros!
No parafrasear irresponsablemente.Ser humildes y adentrarnos en la doctrina de la Iglesia con espíritu recto…para dejar hacer a Dios unidos a Nuestra Madre.Ser Iglesia.
Señor: Soy parte de tu iglesia y soy hijo tuyo. Mi pobre lucecilla de lámpara caduca ayuda en algo a difundir tu Divina Palabra, si Tú lo quieres! Amén