Poco apoco va comenzando el curso. Una pregunta que muchas veces nos hacemos es ¿y este curso que hacemos de nuevo?. Y se inventan cursos, talleres, congresos, actividades extraordinarias que conllevan un montón de tiempo y cuyos resultados son, en muchos casos, inciertos. Y puede pasar que lo de todos los días vaya languideciendo, entrando en una rutina aburrida y en cierto desánimo pastoral. Y resulta que el tablón de anuncios de una parroquia puede parecerse más a la “guía del ocio” (no sé si sigue existiendo esa publicación), que a un templo católico: cursos de afectividad, de Tai-Chi, de autoestima, de punto de cruz, de bailes regionales, visitas culturales y gastronómicas y todo un derroche de imaginación creativo-litúrgico-lúdica.   Y, desgraciadamente, muchas veces se celebra una Misa cuando hay dos sacerdotes, todas las Misas de las parroquias del Arciprestazgo son a la misma hora, los bautizos se reducen a un día al mes, no más de cuatro y a las cinco de la tarde, las confesiones cuando se piden (pero hay que pedirlas mucho), las catequistas ya dieron sus primeras catequesis a Jacob y para Cáritas contratamos una trabajadora social que haga sus horas, los jóvenes han hecho una asociación civil (distinta de la de la tercera edad), para pedir subvenciones y la parroquia está cerrada porque tenemos miedo a que nos roben. Peor eso sí, este año haremos un grupo de oración ecuménica con los Hare-Krisna a los que daremos mucho bombo y platillo (platillos chinos, por supuesto).

«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»

Él les dijo:

-«Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.» »

En aquel momento la oración del Padre Nuestro era una verdadera novedad…, y lo sigue siendo. Si uno quiere ser creativo por qué no seguir descubriendo lo que está por descubrir: La Misa celebrada con cariño y unción, facilitando a los fieles que puedan participar de la oración de la Iglesia, confesores disponibles para permitir a todos reconciliarse con Dios, una catequesis que forme en la fe a los pequeños y a los mayores, atención a los pobres y necesitados desde la misma comunidad parroquial, cuidado especial de todos aquellos que se acercan a la parroquia buscando un bautizo o un funeral y se encuentren con Dios y con la Iglesia Madre, el rezo del Rosario (hoy es la Virgen del Rosario), en las familias y en las parroquias pidiendo por el mundo entero y nuestras necesidades particulares, una sonrisa, una puerta abierta. En estas cosas sí que tendríamos que poner en juego toda nuestra creatividad, haciendo lo de siempre cada día mejor. Y los sacerdotes siendo sacerdotes harán que los laicos pongan toda su creatividad en trasformar el mundo –esa es su misión-, y no en trasformar las sacristías.

Miramos al Sínodo sobre la familia. Muchas familias en crisis buscan tener experiencias nuevas o cambiar todo lo que han hecho hasta entonces. Lo que esté mal habrá que cambiarlo, pero si prueban a quererse cada día un poco más, a tener detalles de servicio del uno con el otro, a ser capaces de sonreírse y apoyarse día tras día, si rezan juntos, aunque sólo sea un padrenuestro, cada mañana y cada noche, creo que no les hará falta mucho psicoterapeuta familiar.

Puede parecer que perdemos el tiempo, como le pasó a Jonás, pero el que no lo perderá es Dios que hará maravillas en lo más sencillo y humilde.

Reza hoy el rosario con especial cariño y que Santa María nos conceda la grandeza de la vida oculta en Dios en la sencillez de lo que tenemos que hacer y no perder el tiempo en lo que Dios no nos pide.