La semana pasada recibí una llamada triste que me hizo un amigo para contarme una tragedia en su familia: un cuñado se había suicidado y todos estaban destrozados. En el día a día me encuentro con muchas personas que se preguntan por el sentido de sus vidas. Casi siempre, sucede algo importante en sus vidas que cambia radicalmente su situación de confort: pierden el trabajo que tenían desde hace muchos años, su marido la deja, se muere un hijo, le detectan un cáncer grave, sufren una depresión por primera vez, le deja su novia después de quince años de relación, se arruina la familia que tenía mucho dinero, sus hijos han dejado de hablarla, etc. Buscan a alguien que les escuche y les de una respuesta.
Yo les escucho, pero no tengo la respuesta. Siempre compruebo si se lo han preguntado al Señor. Pocos lo hacen. A medida que profundizas en la amistad con Jesús y compartes tu vida con Él, descubres que el sentido de nuestra vida es alabar y servir a Dios. Nos lo dice en la Biblia. Hemos sido creados por el Amor de nuestro Creador para ser objeto y sujeto de este amor. Una de las cosas principales que restaura la redención de Cristo es algo importante que habíamos perdido: el sentido de nuestra existencia. Y lo va restaurando en cada uno de nosotros. A medida que maduras en tu fe y dejas a Dios que este presente en todos los aspectos de tu vida, va derribando las barreras que te impiden ver las maravillas que ha hecho en ti y te sientes agradecido. Y la mejor forma de mostrarle tu gratitud es que tu vida sea para servirle a Él en los demás. ¿Cómo? Confía en Él y te lo ira diciendo; déjate guiar y no te perderás.
Pero para ello, Jesucristo tiene que ser el Rey de tu vida, el más importante; más que cualquier cosa o persona de este mundo, de tu mundo. Tú corazón tiene que reposar en Él y estar enganchado, como cuando te enamoras. Así lo verás todo con claridad y seguridad, siendo consciente de tu fragilidad. Cuando una persona se quita la vida es que hace mucho que la perdió, sacando a Dios de su vida. Su corazón estaba enganchado a los falsos ídolos de este mundo: seguridad material, posición, fama, sobreprotección familiar, afectos desordenados con personas…
Si Él reina en tu vida, esta tendrá siempre su sentido y ten por seguro que el cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán. Porque su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
El sentido de la vida, una gran pregunta a veces muy difícil de contestar. Yo hace poco más de un año también me lo pregunté; gracias a Dios me vi rodeada de personas maravillosas que me ayudaron a encontrar esa respuesta, porque me sentía totalmente perdida. Me decían que le preguntara al Señor todo lo que necesitaba, y yo en mi ingenuidad respondía que era imposible que me contestara; recuerdo que un jesuita, hoy en día mi mejor consejero, me dijo:: «Gema, no va a darte un golpecito en el hombro diciéndote estoy aquí»; ahora le voy conociendo cada vez más, le cuento todo lo que me pasa, mis angustias, temores, fracasos; pero también mis alegrías y proyectos; estoy aprendiendo a darle las gracias y alabarle; sí, porque ésto último es lo que más me costaba y reconozco que todavía me sigue costando hacer. Me limitaba siempre a pedir, pero me olvidaba de glorificarlo, a Él que es el Rey de Reyes.
Ahora sé que Él es lo más importante de mi vida, el eje y motor que la mueve, y tengo que confiar plenamente en Él.
Quiero servirle, pero muchas veces soy frágil y me cuesta demasiado hacerlo.
Todos ansiamos darle todo el sentido a nuestra vida, y para eso le necesitamos sólo a Él; entreguémosle nuestro corazón y Él hará el resto, Él nunca defrauda.
Gracias Padre por sus comentarios, nos ayudan mucho en nuestro día a día; Dios le bendiga y le siga fortaleciendo en su fe. Hacen vds. una gran labor.
La mayoría de las veces uno se suicida porque tiene una enfermedad psíquica y no puede con ello. Conocí a dos personas que se suicidaron y estoy muy, muy segura que están de los primeros en el cielo. Conozco también a gente que tienden al suicidio y están muy cerca de Dios.
Es verdad que también puede ser porque no tienen o han dejado a Dios pero, sinceramente, creo que estos son los mínimos.
¡Buenos días! Qué verdad, padre. Cuando hablo con Él, en la quietud de una iglesia, mis miedos se disipan y la sonrisa vuelve y mis ojos brillan. ¡Qué paz! Me he dado cuenta que hay pocas personas que escuchan de verdad, pocas que saben ayudar y muchas que empeoran las cosas. Lo tóxico nos invade y es ahí donde necesitamos el amor de nuestro Padre, el que nos cuida, protege y guía. Gracias por su labor.
Que palabras tan hermosas !!!
Cômo las identifiqué con mi oraciôn de Laudes de Hoy. Justo asi le dije al Señor:
Señor son tantos por los que te tengo que pedir hoy. Que te ofrezco todo lo que hay en mi corazón. Me dedicaré a bendecirte y alabarte todo el dia.
Muchas gracias Padre por su comentario.