JUEVES 14 DE NOVIEMBRE DE 2019

EL REINO DE DIOS ESTÁ DENTRO DE VOSOTROS (Lucas 17, 20-25)

¿En que consiste el Reino de Dios? Cuando en breve celebremos la fiesta de Cristo Rey, nos daremos cuenta de la mejor respuesta a esta pregunta la encontramos mirando al Rey de este Reino: Cristo Jesús, que muestra visiblemente todas las cartas de su realeza: su corona es una corona de espinas, su tributo es hacer suyo el pecado del mundo en la cruz, su mandato es prometer, a quien quiera formar parte de su Reino, la salvación eterna: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

En el evangelio de hoy escuchamos la respuesta de Jesús a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el Reino de Dios: “El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros”.Nos dice dos cosas muy importantes sobre el Reino de Dios. La primera que perdemos el tiempo si pretendemos adivinar la llegada definitiva de su renio en sus coordenadas espacio temporales: “qué esta aquí o allí”, por un lado, y “qué día será”, otro.

La coordenada espacial, a lo largo de la historia, no se ha buscado tanto en un lugar físico como en un lugar ideológico,  confundiendo una ideología, una utopía, una experiencia humana, social y política, con el Reino de Dios, o sino eran creyentes, con el “reino perfecto”. Y siempre se han equivocado.

Lo mismo ocurre con la coordenada temporal. En otro pasaje de los evangelios Jesús nos dice que “no sabremos ni el día ni la hora” (Mt. 28, 36). Sólo que cuando llegue ese día, l primer día del Reino cumplido, permanente y eterno de los “nuevos cielos y la nueva tierra”, del Reino de Dios en Cristo será Reino de justicia, de paz y de amor. Y que viviremos en permanente presencia y adoración a Dios, y en el que no hará falta ni la fe ni la esperanza, porque viéndole cara a cara, tendremos la caridad y el amor entre nosotros, que es Él mismo.

La segunda cosa que nos dice Jesús es que si hay un lugar y un momento donde, anticipadamente, mora ya el Reino de Dios, es “aquí” y “ahora”, “dentro de nosotros”, dentro del corazón del bautizado, en el que habitando Dios Trinitario, Padre, Hijo y Espíritu, habita ya en miniatura y potencialmente todo su Reino.

La mística contemporánea Chiara Lubich lo expresó de un modo muy claro con esta oración: : “¡La Trinidad dentro de mí! ¡El abismo dentro de mí! ¡La inmensidad dentro de mí! ¡La vorágine de amor dentro de mí! ¡El Padre, que Jesús nos ha anunciado, dentro de mí! ¡El Verbo! ¡El Espíritu Santo, que quiero poseer siempre para servir a la Iglesia, dentro de mí!”.