MIÉRCOLES VI SEMANA DE PASCUA

San Juan 16,12-15

A veces queremos saberlo todo de golpe, pero eso no siempre es bueno … Así, el Señor anuncia que no puede explicárselo todo a sus apóstoles en aquel momento porque no podrían cargar con ello. El motivo de la reserva del Señor no hay que buscarlo en que Él no quiera decirnos algo, sino en nuestro bien.

El Espíritu Santo nos va conduciendo hacia la verdad plena. Lo hace en la Iglesia, pero también el Espíritu Santo va educando a cada uno de los fieles. Hemos de dejarnos modelar por Él … invocarlo con frecuencia y pidiendo que llene nuestros corazones con el fuego de su amor. Es muy importante invocar frecuentemente al Espíritu Santo para no convertirnos a nosotros mismos en intérpretes de la verdad.

Recurriendo a autores paganos, y partiendo de la realidad de aquellos hombres y de la multitud de divinidades que veneraban, San Pablo habla en Atenas del Dios que ha creado todo y que quiere salvarlos. El Espíritu Santo le mueve para que pueda adaptarse a la mentalidad de aquellas personas sin menoscabar en nada la verdad de Jesús. Ciertamente se convirtieron pocos … Sin embargo, sin el Espíritu Santo nos equivocaremos siempre.

Le pedimos a la Virgen María que siempre necesitemos de la ayuda de lo alto (del Espíritu Santo) para poder dar siempre testimonio de Jesús.