Leyendo hoy las lecturas, especialmente leyendo la primera lectura que recoge las súplicas desesperadas de Tobit y Sarra, me venía a la mente todos los llantos, todas las lamentaciones que, aparentemente quedan en el olvido, todos los gritos ahogados, todas las oraciones desesperadas que surgen en los campos de refugiados, que se ahogan en el Mediterráneo, que lloran con amargura soledades infinitas… me parece estar viendo junta a Sarra a las esclavas que han cerrado sus corazones a su sufrimiento, que no son capaces de entenderla, y vienen a mi mente la dureza de nuestros corazones al tratar a los inmigrantes, la insensibilidad que mostramos ante las historias verdaderamente desgarradoras, la capa de indiferencia, de anestesia con la que tapamos el sufrimiento de los que, no tan lejos, se encuentra clamando al Señor.
Nosotros, en demasiadas ocasiones, somos más de teorías, como los saduceos que están muy preocupados en teorizar sobre la vida eterna y presentar a Jesús complejos supuestos morales, extrañas circunstancias, ficticias suposiciones que les llevarán a largas conversaciones y afirmaciones, incluso puede que a disputas de escuela, a conflictos y odios ridículos basados en ortodoxias paralizantes… Los saduceos inmersos en sus dilucidaciones no tienen tiempo para descubrir al que sufre, no tienen tiempo para descubrir al Dios de sus padres, no tienen tiempo para descubrir al Dios de Jesucristo, el Dios de los vivos.
Por eso hoy me gustaría pedirle al Señor que de nuevo envíe a su arcángel, que de nuevo envíe a Rafael, el que viene a sanar los ojos que no ven, el que viene a echar los demonios que invitan a la desesperanza y que con su halo senador recorra todos los confines del mundo abriendo los ojos a los que ocupados en sus cosas han olvidado ser tus manos en el mundo, consolando a los que lloran sus desgracias en desgarradora soledad, sanado las heridas del maligno enemigo, que sigiloso y oculto hiere nuestro mundo escondido en la incredulidad y en una racionalidad incompleta, reductora.
Cierro este breve comentario de hoy con una breve invitación a recordar en nuestra oración a todas las personas olvidadas, que en su anonimato nadie reza por ellas, que están tan desamparadas que no hay siquiera quien rece por ellas, por todos ellos y ellas, cierto que amor de Dios no se olvida de ellos, pero que hermoso es recordarlos nosotros hoy, que hermoso es que, por un días, sus llantos no queden olvidados entre los silencios de los hombres.
Querido hermano:
Nuestro corazón no se conforma con lo limitado, está llamado a lo infinito, a lo ilimitado, a lo eterno, a la plenitud. Estamos llamados a vivir, no a morir, y vivir eternamente. Por eso, es una necedad cuando la sociedad nos quiere hacer creer que el presente es lo único real; ya sabes: «comamos y bebamos, que mañana moriremos».
«Todos los hombres mueren, pero no todos los hombres viven»; es parecida a esta otra: «La muerte es más universal que la vida; pues todos morimos, pero no todos vivimos». ¡Qué pena y dolor!, tener que vivir una vida sujeta a dificultades, errores y problemas, y que después de esta vida no haya más que dos metros de tierra o una pequeña urna de cenizas.
Quienes hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, a quienes se nos ha facultado para amar, es racionalmente imposible, falso y ridículo que todo se pare ante la muerte. Jesús nos dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá», ¿lo crees? Que tu muerte sea un continuar viviendo.
Virgen Santísima purifica nuestros labios y nuestros corazones para rezar dignamente tu Santísimo Rosario cada día. Consuela nuestras aflicciones y fortalécenos para que en medio de la enfermedad nos sanemos y la puedamos sobrellevar. Por la Paz en el Mundo.
Vuestro hermano en la fe: José Manuel
“…serán como ángeles del cielo…”
“…nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien…”
“…el Dios de la gloria escuchó la oración…”
“…inclina el oído y escucha mis palabras…”
“ …limpia mi boca y Purifica mi corazón…”
“…creed que os la han concedido y la obtendréis…”
“…envió a Rafael para curarlos…”
Respuesta de Dios a las oraciones de los hombres
Reina de los Ángeles, intercede por nosotros
Muchas gracias Comentarista 11! La sencillez y profundidad de su comentario me invita a la reflexión y a la oración.
Buenos días Señor. Te doy gracias por todos lo dones que me concedes sin cesar. Despertar con el inmenso mar, tan añorado, todas las maravillas que nos rodean Creadas por Ti, el calor y dulzura de la gente. Todo sin cesar me hace repetirte constantemente!!!GRACIAS SEÑOR, TE AMO CON LOCURA. GRACIAS GRACIAS!!!!!
gent
Estamos acostumbrados en los Evangelios a ver las polémicas: las trampas que los fariseos le ponían a Jesús. Pero había otro sector, más influyente porque era de donde se extraían los sumos sacerdotes, que era el sector de los saduceos, aparecen menos en el Evangelio. Los saduceos, en el fondo, era gente muy poco religiosa, pero que utilizaba la religión para sus negocios y, desde luego, los saduceos no tenían la fe en la vida eterna; los fariseos sí, creían en la resurrección.
Esta polémica de hoy está en ese contexto. Los saduceos, lo mismo que en otras ocasiones los fariseos sobre otros temas, quieren poner a Jesús a prueba y le cuentan esta historia. Por supuesto, es una historieta, es una cosa falsa: los siete hermanos con la viuda. Bueno, me imagino que si fuera verdad, que no lo fue, el pánico del último de los hermanos sabiendo que ya habían muerto seis antes que él…: esa señora era realmente peligrosa, pero esto es una historieta. En cambio, la ley de Moisés efectivamente obligaba a esto: no sé si esto se cumplió o no se cumplió, pero parten de ese ejemplo para negar la resurrección.
Jesús se les enfrenta, afirma con toda claridad, pone a su vez el ejemplo de Moisés rezando ante la zarza ardiente. «Hay vida eterna», les dice el Señor: «Hay vida eterna». Esta es una promesa y una esperanza maravillosa; hay vida eterna, de verdad. La muerte no es el final. Las personas que nos han precedido están vivas, aunque no las veamos. Resulta difícil de creer.
Hoy en día tenemos muchas formas de comunicación. Hoy se puede tener una videoconferencia o una llamada de teléfono o un correo electrónico con alguien que está en la otra punta del mundo, de forma automática. Pero esto es muy reciente. Cuando la gente partía antes, no existía el correo, pero no era fácil que llegara; casi te quedabas sin comunicación con esa persona: no sabías si estaba viva, si estaba muerta…, pero estaba viva, aunque tú no lo supieras. Así que el hecho de que no tengamos comunicación con los difuntos no significa que no sigan vivos.
Buenas,bendiciones. Quisiera decirle al comentarista #11,que al igual que él,yo siempre me preocupo por esas almas olvidadas é invisibles.. no sólo los migrantes ,sino tantos otros anónimos que hay en el mundo y elevo oraciones por todos ellos todos los días. Muchas las caras que no se ven y mi corazón sale a su encuentro. Dios en su infinita misericordia,los sumerge. Muchas gracias,comentarista 11,sé que hay alguien más que me acompaña en mis oraciones y deben haber muchos más Gloria a Dios