Ya, ¡por fin!, se terminaron las celebraciones de la primera Comunión este año. Yo solito me he hecho 21 celebraciones desde abril hasta aquí, ¡soy un machote! …, no soy nada. Es Jesucristo quien en cada Misa ha hecho el memorial de su pasión, muerte y resurrección y ascensión y yo sólo un poquito del tiempo que Dios me ha dado.

“El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano.” A lo mejor me equivoco, pero creo que, a cualquier cura un poquito de sensatez, no hay pregunta que le ponga más nervioso que el “¿qué le debo por esta Misa? ¿A cuanto es el bautizo? ¿Cuál es el precio de casarse aquí?” Y en asuntos no económicos el “Yo he hecho por esta parroquia” “Si no es por mi esto no funcionaría” “Yo he convertido a tantos…”

En ocasiones me preguntan cuánto hay que pagar en una iglesia por casarse, o si es justo que les cobren 300€.Yo les digo que por supuesto que ni es justo. Les pregunto ¿Cuántos invitados tienes? 120. ¿Cuánto cuesta el menú? 150€. Pues imagínate esos 5 que no sabes por qué van a tu boda: Dos amigos de tus padres que se enteraron en el ascensor y les invitaron. Dos del trabajo que jamás pensaste que dijesen que sí y la tía abuela Eduvigis que siempre se está muriendo, pero para tu boda ha resucitado y viene de Badajoz. Pues esos 5 que no esperabas por 150€ son…: 750€ para la Iglesia y sólo le estás dando las sobras. Los sacramentos n tienen precio, pero debería salir de nosotros que la Iglesia se mantuviese…, y exigir a los sacerdotes y obispos que gestionasen ese dinero para las verdaderas necesidades, siendo pobres y alegres.

Y no digamos nada respecto a las conversiones. Métodos, técnicas, cursillos, encuentros, retiros… Si quieres encontrarte con Dios tienes que hacer esto o lo otro. ¡No! El Señor es el que planta y hace crecer: “Y reconocerán todos los árboles del campo que yo soy el Señor, que humillo al árbol elevado y exalto al humilde, hago secarse el árbol verde y florecer el árbol seco”. Lo nuestro es pedir, implorar, rezar…, y dejar que Dios haga, por nosotros o por la caída de la hoja de un árbol. Caminamos en la fe, no en la visión, y tenemos que dejar que Dios haga y con ser poco obstáculo ya somos bastante.

Señor, quita la hojarasca de nuestro protagonismo y haz crecer a tu Iglesia, humilde y pequeña como María y que sólo Jesucristo se luzca.