En la Sagrada Escritura se habla de la dureza de corazón para referirse a la incapacidad de creer. De hecho, es esa dureza la que pervierte la mirada del hombre sobre la realidad y lo cierra sobre sí mismo. No es extraño que de esa actitud se siga un mal comportamiento, mostrado, sobretodo, en el trato injusto con el prójimo. Cuando la dureza del corazón está muy extendida puede hablarse de “generación perversa”, tal y como lo hizo de Jesús.
Hay una certeza, y es que Dios no abandona a sus hijos. De la misma manera sabemos que el Señor busca continuos caminos para acercarse al hombre, a todos y en todos los lugares.
Dice el salmo: “¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?”. El corazón de Dios tiene sed de todos los hombres. No hay uno solo que no sea importante para Él.
Aunque el conocimiento de la persona de Jesús no llegue a todos, Dios ha puesto en el interior de cada hombre un deseo de verdad y de bien. De ahí que la voz de la conciencia indique cuando se actúa con rectitud.
Hemos de pedir a Dios que mantenga limpia la mirada de nuestro corazón para saber reconocer los signos de su presencia. Que María, la Virgen, nos ayude a no perder la limpieza de conciencia y nos acompañe en el seguimiento de su Hijo.
Querido hermano
En la fe, hay veces que estamos desenfocados y que vamos tras lo espectacular, lo extraordinario; buscamos experiencias que se salgan de lo común. Sin embargo, ante la solicitud de un milagro para acreditar su autoridad y misión, Jesús les dirige al único signo que es negación de toda espectacularidad milagrosa: el signo de Jonás, que habla de la necesidad de conversión, de cómo la vida nueva participa de la muerte y resurrección de Jesús, y de cómo el gran signo de Dios es su misericordia y amor, especialmente en nuestra debilidad.
El gran signo que transforma vidas, que levanta a los que están caídos, que no humilla, que no está reservado a los perfectos, a los ricos, a los sabios; es el signo del amor que restaura incluso, a los más pecadores. ¿Te has encontrado alguna vez en esa situación?
Reza el Santo Rosario cada día, en grupo o individualmente,Mes de octubre mes del Santo Rosario. La Virgen Maria, nuestra Madre del Cielo; lo agradece enormemente. Pide por la Paz en el Mundo. Tu hermano en la fe: José Manuel.
¡¡¡¡AMÉN!!!
Si ,yo me he encontrado en esa situación, no una vez ,varias veces,y en verdad os dejo saber,que no hay nada más sublime ,MÁS esplendoroso ,sin poder yo explicar con palabras la diferencia entre antes y después de recibir la misericordia ,gracia y el gran amor de DIOS para mi.Se siente en un lugar de mi ser ,pero como dije anteriormente ,soy prisionero de mis propias palabras ,pero eso sí ofrezco mi gratitud todas las mañanas al SEÑOR REY VIVO Y ETERNO ,por haber restaurado mi alma dentro de mi.AMEN,que viva CRISTO REY