Miércoles 27-10-2021, XXX del Tiempo Ordinario (Lc 13,22-30)
«Uno le preguntó: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”». Sería muy interesante hacer una pequeña encuesta de los temas de conversación de nuestro día a día, de lo que interesa a las personas en su vida cotidiana o de lo que sale en la televisión, la radio y las redes sociales. Se habla constantemente de economía, de los políticos, del paro, de la corrupción, del cambio climático, de sucesos dramáticos y violentos, de noticias y cotilleos… Todos estos son los temas que importan a los hombres, y está claro que Dios no es uno de ellos. No creo que oigamos a nadie preguntar: “¿son pocos los que se salvan?” Nuestro mundo ha perdido el interés por la cuestión de Dios; la considera aburrida, indiferente, excesiva o, cuanto menos, superflua. Está claro que para muchos la vida eterna, Dios, su salvación, son realidades que nada tienen que ver con sus preocupaciones cotidianas. Sin embargo, hoy, dos mil años después, sigue resonando en nuestros oídos esa pregunta: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán». Sorprende la claridad y contundencia con las que Jesús responde a la pregunta. Habla de un esfuerzo que hay que hacer, de una puerta estrecha por la que hay que entrar y de muchos que no lo lograrán. Las palabras de Jesús que leemos hoy son una advertencia directa contra cualquier tipo de autocomplacencia. La comodidad burguesa, anestesiada y anestesiante –como le gusta repetir al Papa Francisco–, es un veneno mortal que mata el Evangelio de Cristo. Por eso, ser cristiano implica necesariamente un camino de renuncia, de purificación, de ascesis, de conversión. No podemos diluir las exigencias de la fe para adaptarlas a la mentalidad dominante o lo políticamente correcto. Todo lo contrario. El seguimiento de Cristo supone ir contracorriente renunciando a los aplausos del mundo, de amigos, de familiares, por permanecer fieles al Señor. Si nunca has experimentado el rechazo y la presión del mundo, entonces es que –como tantos– estás siguiendo la corriente.
«Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios». De nuevo, Jesús nos vuelve a sorprender. ¿Serán pocos los que se salven? La puerta es estrecha. ¿Serán muchos? Vendrán de oriente y occidente. Así es el Corazón de Dios, que nos pide mucho porque antes nos ha dado mucho. Debemos tener la certeza de que nunca nos va a faltar la ayuda de Dios en esta apasionante aventura. Él sabe lo estrecha que es la senda, pues Él mismo la recorrió en la Cruz. Lo ha experimentado en su propia carne, nunca mejor dicho. Por eso puede compadecerse de nosotros y auxiliarnos en nuestro desvalimiento. Nosotros no podemos. Pero Él sí. Nosotros no podemos. Pues confía en Él.
Querido hermano:
Nos decía San Agustín: «Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Hay muchos momentos donde vivimos la confusión de pensar que lo material, el presente, es lo definitivo. Jesús nos invita a que vivamos ya en el presente la verdad de la vida, comprometiéndonos con un mundo mejor, siendo semillas de bondad, sin apartar nuestro corazón de lo eterno, de la llamada de Dios diariamente al amor.
«Entrar por la puerta estrecha» requiere de esfuerzo, sacrificio, renuncia, de caminar muchas veces contracorriente, no aplaudir aquellos valores que atentan contra la dignidad humana y que humillan a los más débiles. Sin embargo, «entrar por la puerta estrecha» nos lleva a la plenitud, al encuentro con la verdad y el amor, y nos abre a la vida ya en el presente.
Apuesta siempre por la verdad, pues te sorprenderá que: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.
Reza el Santo Rosario cada día con la Virgen Maria nuestra madre del Cielo, y te prometo que no morirás sin su compañía. Pide por la Paz en el Mundo, Por los ciegos y faltos de fe. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Est tarde hemos tenido reunión del grupo de viudas que en vida de D.Antonuk, la teniamos los Martes en la Parroquia, el bajaba un rato a darnos una charla y merendar con nosotras
Hoy nos hemos reunido en una cafetería, y ha sido muy agradable. Hemos charlado de lo divino y humano, nos hemos reído mucho, y yo me marché antes para ir a Misa de 7.30 .. me gusta la Misa de la tarde , pero tendré que cambiar pues ya hace frío y he estado con la garganta hecha polvo, por los plantones que suelo pasar esperando taxi, tal vez me sea más fácil la Misa en los Redetoristapues están a mitad de camino y hay siempre sacerdotes disponibles para confesár. En cualquier caso Señor , lo importante es que estas Tu esperando nestra compañía y pedirte consejo de nuestro día a día siempre nuestro lado dándonos consejo mucho Amor
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Me gusta contar de la vida normal en que siempre ocurren cosas agradables, alegres, como hoy que he tenido en casa a mi nieto Gaspar, con su hijo de 2 años que le encanta revolver tirará por el suelo todo cojín que se eponga por delante. Darle a la pelota con la misma afición de su padre. Hoy han venido a despedirse que se iban a playa de SanJuan donde viven. Gaspar es profesor de Políticas en la Universidad de Murcia. .me han dejado en la Parroqui, antes de ponerse de viaje. Allí estaba Expuesto el Santisimo, ESPERANDONOS . ¡¡ tengo tantas cosas que decirte Señor poro Te miro en Tu Custodia y quiero verte real, en Cuerpo y Ama Señor. Es un Milagro tan grande que solo Te Pido Señor, Auumenta mi fé