PRIMERA LECTURA
Si el rechazo de los judíos es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver de la muerte a la vida?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 1-2a. 11-12. 25-29
Hermanos:
¿Acaso habrá desechado Dios a su pueblo? De ningún modo: que también yo soy israelita, descendiente de Abrahán, de la tribu de Benjamín. «Dios no ha rechazado a su pueblo», al que había elegido de antemano.
Digo, pues: ¿acaso cometieron delito para caer? De ningún modo. Lo que ocurre es que, por su caída, la salvación ha pasado a los gentiles, para darles celos a ellos.
Pero si su caída ha significado una riqueza para el mundo y su perdida una riqueza para los gentiles, ¡ cuánto más significará su plenitud!
Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, para que no os engriáis: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que llegue a entrar la totalidad de los gentiles y así todo Israel será salvo, como está escrito:
«Llegará de Sión el Libertador; alejará los crímenes de Jacob; y esta será la alianza que haré con ellos cuando perdone sus pecados».
Según el Evangelio, son enemigos y ello ha revestido en beneficio vuestro; pero según la elección, son objeto de amor en atención a los padres, pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
Palabra de Dios.
Sal 93, 12-13a. 14-15. 17-18
R. El Señor no rechaza a su pueblo.
Dichoso el hombre a quien tú educas,
al que enseñas tu ley,
dándole descanso tras los años duros. R.
Porque el Señor no rechaza a su pueblo,
ni abandona su heredad:
el justo obtendrá su derecho,
y un porvenir los rectos de corazón. R.
Si el Señor no me hubiera auxiliado,
ya estaría yo habitando en el silencio.
Cuando me parece que voy a tropezar,
tu misericordia, Señor, me sostiene. R.
Aleluya Mt 11, 29ab
Aleluya, aleluya, aleluya
Tomad mi yugo sobre vosotros – dice el Señor -,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. R.
EVANGELIO
Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 14, 1.7-11
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les decía una parábola:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y venga el que os convidó a ti y al otro y te dirá:
«Cédele el puesto a éste».
Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.
Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga:
«Amigo, sube más arriba».
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.
Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».
Palabra del Señor.
«El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido»
«Se rebajó, pero no de palabra»
Jesús fue invitado a casa de un fariseo importante, y tenemos que imaginar que los invitados a la fiesta era gente muy conocida, gente mediática de la época. En ese momento, Jesús notó que los convidados escogían los primeros puestos. Y Jesús con idea de ayudar, nos dio una maravillosa lección:
«Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan invitado a otro de más categoría que tú […]. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces, quedarás muy bien ante todos los comensales».
La enseñanza va a contracorriente, pues hoy en el mundo El Señor nos dice que estar arriba no es la cuestión en la que tengamos que invertir nuestro mejor esfuerzo, y que no perdamos la paz y las fuerzas por llegar más arriba o sobresalir ante los demás, pues siempre puede haber alguien superior a ti.
Déjate caer en los brazos de nuestro Padre, Dios todopoderoso, y reza el Santo Rosario cada día con la Virgen Maria. Pide por la Paz en el Mundo. Por los trabajadores de la Palabra de Dios en el mundo, por las almas del Purgatorio. Ruega Madre Maria por todos nosotros los pecadores ahora y siempre a la hora de nuestra muerte amen.
Quierido hermano:
Si queremos ser de Dios, debemos vivir la humildad de Dios. Pues, el Señor es excelso, pero se fija en el humilde y conoce de lejos al soberbio. Decía San Agustín que: «Si tú te ensalzas, Él se aleja de ti; si por el contrario, te humillas, Él se inclina hacia ti». Por eso, María dice: «Ha mirado la humildad de su sierva».
Jesús nos muestra y nos enseña la humildad, pero ¿qué hizo Jesús para ser humilde? Se rebajó, pero no de palabra, sino con los hechos: «Yo estoy entre vosotros como el que sirve». No olvides que la humildad es la disponibilidad para descender, hacerse pequeño para poder servir mejor a los hermanos.
Termino regalándote tres pensamientos de San Pablo: «Si alguno piensa que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo»; otro: «No os estiméis más de lo debido; que cada uno se estime en lo justo» y: «No seáis altivos». El tema es muy claro.
Déjate caer en los brazos de nuestro Padre, Dios todopoderoso, y reza el Santo Rosario cada día con la Virgen Maria. Pide por la Paz en el Mundo. Por los trabajadores de la Palabra de Dios en el mundo, por las almas del Purgatorio. Ruega Madre Maria por todos nosotros los pecadores ahora y siempre a la hora de nuestra muerte amen.
Para las personas, quienes vivimos en 2021, nos recuerda, nuestro Señor y Maestro, que somos siervos inútiles.
Que, no sabemos lo que pasará en diez minutos y que, a pesar de esa inutilidad, Dios llegará a nuestro corazón, si alguien lo ama, con corazón contrito y humillado, y, entonces vendrá al corazon de esa persona, mujer u hombre, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Y amarán, a esa persona, y harán su morada, en el corazón de esa persona, y vivirán con esa persona.
La contrición es el dolor por los pecados que nos separan de Dios. La humildad es el reconocimiento de nuestra inutilidad, nuestra miseria o escasez, sin Dios.
Recemos, con Jesús, María y José, para reconocernos como siervos inútiles en el Amor de Dios. Dios suplirá nuestra escasez con su Plenitud.
Pido qué Dios nos conceda ese corazón humilde y confiado de hijos suyos.
Me parece que Jesús con la parábola nos quiere enseñar a que nos hagamos humildes y pequeños porque el humilde quiere hacerse aún más pequeño. De hecho en el mundo se puede ver eso. Por ejemplo:
El mundo enseña que hay que ganar premios, ser el mejor en todo lo material y el evangelio es todo lo contrario. O sea lo que nos tiene que importar al trabajar en una empresa es que el producto que se venda ayude a los demás a vivir mejor no a aspirar a ganar premios. Aunque esto nos lleve a luchar contra corriente pero merecerá la pena.
Bendiciones.