Estoy viendo el larguísimo documental que Peter Jackson ha elaborado con el material que se conserva de las grabaciones del último trabajo de los Beatles. Es el paraíso del mitómano. El espectador puede entrar a placer en el estudio de grabación de los cuatro jinetes del pop que revolucionaron la historia de la música en el siglo XX. Es un material inédito y maravilloso. Pero qué difícil es dar a luz una obra maestra, aunque los protagonistas sean los mismísimos Beatles. Se advierte cómo cada uno tiene que luchar contra su propio ego, con el cansancio, con las malas interpretaciones que unos hacen de los otros en los comentarios. Siempre surge la nostalgia de los primeros conciertos, hay instantes de desazón. De repente nace la magia de entenderse a la perfección, y los cuatro funcionando al unísono, como un solo cuerpo. Pero es inevitable la fragilidad. Es como si la belleza del resultado final estuviera apoyada sobre cimientos muy débiles que en cualquier momento pueden ceder.
El ser humano no sabe arreglárselas sólo para que le salgan las cosas cumplidamente. Intenta siempre desprenderse del barro propio, pero no puede, como “Los esclavos” de Miguel Ángel, marcados por la gravedad de la propia piedra que les empuja hacia abajo. El hombre, escribió San Ignacio de Antioquía, tiene que morir a muchas cosas: a la maldad, a la ignorancia, al resentimiento, al odio, a la mentira, al rencor, a la dictadura de los instintos, a la división… Pero no puede apoyarse en sí mismo.
A la tenista española Garbiñe Muguruza siempre le ha podido una personalidad indómita, un carácter sumamente difícil a la hora de encontrar el equilibrio del propio carril. Por eso, su juego ha estado gobernado muchas veces por la precipitación. Ahora que tiene nueva entrenadora, las cosas le van mejor, va conociéndose y su juego es más fluido. Qué bonita fue la imagen del reciente campeonato que ganó en Méjico. Cuando venció a su rival en el último punto, se fue corriendo a abrazar a su equipo, expresando de esta manera que el logro había funcionado por la apoyatura que había tenido en ellos. Porque sin apoyatura el hombre se cae.
En el Evangelio de hoy, el Señor nos dice que sólo el hombre se salva (de la mediocridad de su soledad y desgobierno) cuando se apoya en Él. Y no hablamos de un apoyo temporal, como quien necesita una escayola para hacer soldar el hueso en unos días. El Señor es la piedra angular del edificio que estoy construyendo con mi vida. Si no vivimos desde la oración y los sacramentos, no sabremos qué es vivir. Ya nos lo dejó dicho, “quien no recoge conmigo, desparrama”. Si acudimos a Él como quien hace la visita anual al médico para hacerse un chequeo, siempre permaneceremos insatisfechos.
El Señor nos puso en marcha en esta vida para que descubriéramos que la llave de la felicidad está en la apoyatura. Por eso no dejes de preguntarte desde primera hora del día, ¿en quién me apoyo?
Querido hermano:
No es la religión la que nos salva, sino la forma de relacionarnos con Dios y con los demás. Jesús nunca obligó a que cumpliéramos ritos y prácticas religiosas. Una religión sin amor está vacía, aunque cumpla con todas las formalidades que le son propias.
El cristianismo es un acontecimiento del espíritu que mueve a los seguidores de Jesús a vivir al modo humano como Él vivió. Nos invita a ser felices, a descubrir el espíritu de las Bienaventuranzas, a buscar la justicia y la verdad, a no pensar en posiciones o estatus religiosos puntuales.
Jesús nos dice que tenemos que construir sobre roca para que cuando caiga la lluvia, se desborden los ríos, soplen los vientos y descarguen contra la casa; la casa no se hunda, porque está construida sobre roca.
Pues apostar por un Dios vivo que da vida, que nos relaciona con todos sin barreras ni distinciones, que nos invita a tratarnos bien, a ser educados con todos, a favorecer procesos de humanización.
Rezar el Santo Rosario cada día con la Virgen Maria Madre nuestra. Pidamos por la Paz en el Mundo. Y por los enfermos terminales y sus familiares que sufren mucho. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Querido hermano:
«Construir sobre roca» también es vivir la vida de Dios, es decir, alimentar la fe, esperanza y caridad; es asumir las relaciones del «amarás a Dios y amarás al prójimo».
No siempre nos encontraremos con Dios en el «Señor, Señor» de una celebración, por eso, pregúntate en este Adviento, ¿dónde y en qué lugar o espacio me puedo encontrar con Jesús?
Jesús, esta en la vida, en lo cotidiano, en el trabajo, en la calle. Algunas veces, va travestido, disfrazado de pobre, de familiar, de amigo, de extraño…
Rezar el Santo Rosario cada día con la Virgen Maria Madre nuestra. Pidamos por la Paz en el Mundo. Y por los enfermos terminales y sus familiares que sufren mucho. Tu hermano en la fe: José Manuel.
Gracias por el Comentarista. Es como una enciclopedia viviente, que nos recuerda, que sin la ayuda Divina no somos nada.
Te doy gracias Señor, por un día más seguir aferrado a tu mano por Tu Camino
Debemos despojarnos de muchas cosas, pero solos no podemos; tenemos un fiel apoyo: Jesús. El es nuestra roca firme con su Amor nos fortalece en la lucha contra todo lo que nos esclaviza.
Certero comentario sobre Garbiñe, ya se ve que además de hablar de Dios, entiende de musica y de tenis.
Gracias