Hace pocos días un famoso profesor universitario se burlaba de los milagros. “Ya nunca se aparece la Virgen o hay milagros. Ahora que todo el mundo tiene su móvil sería un buen momento para grabarlo y subirlo ….”
Yo no me puedo burlar de los milagros pero, ¿los creo?. ¿Me creo los milagros de los que da testimonio el evangelio hoy? ¿Creo que un milagro así puede suceder en mi vida?
En los evangelios los milagros parecen depender de dos cosas. Son como las dos condiciones que han concurrir simultáneamente para que se produzcan, aunque la segunda condición a veces Dios se la salta si quiere.
Lo primero es que alguien tenga el poder de Dios: queda fuera de toda duda, si hay alguien que pueda hacer un milagro ese es Dios, y Jesús es consciente de que tiene ese poder.
Lo segundo sería que haya fe de por medio. Dios no es un mago ni un ilusionista que quiera dar un espectáculo. En el pasaje de hoy se relatan dos milagros. En ambos casos se menciona la fe como llave para el milagro: “Hija, tu fe te ha salvado”, “No temas, tan solo ten fe”. Cuando Jesús sana a la mujer está rodeado por una muchedumbre que lo apretuja, la gente que había ido a escucharlo, la gente que le había visto hacer milagros, la gente que creía en El. Estaba como rodeado de una atmósfera de fe. Cuando se va a la casa con Jairo sabe que se va a encontrar un ambiente hostil («se burlaban de El», como el señor que mencionábamos al principio), por eso se lleva a Pedro, Juan y Santiago con El, quizá para que haya esa atmósfera de fe que faltaba en la casa.
Y cuando hay fe los milagros suceden, están ahí, en el evangelio. Los milagros no son todo el evangelio pero sin los milagros el evangelio está incompleto. ¿Creemos?… y a nuestro amigo, el brillante profesor universitario, habría que preguntarle… si vieses un milagro grabado con un móvil,… ¿creerías en Jesús?
Esta noche me a mandado por videollamada mi nieto Gaspar con de niño, de 2 años, con sus manitas tras rezando » Jesusito de mi vida…..!!!!. Me ha emocionado
Querido hermano:
Son dos los requisitos para ser sanados: sentirse necesitados de curación y confiarse a Él. Jesús va a descubrir a estas personas entre la muchedumbre y les saca del anonimato, los libera del miedo de vivir; lo hace con una mirada y con una palabra que los pone de nuevo en camino, después de tantos sufrimientos y humillaciones.
También nosotros estamos llamados a aprender a pronunciar estas palabras que liberan, y a mirar desde el amor y devolver las ganas de vivir. A la muerte, que debemos tener miedo, es a la del corazón endurecido por el mal, de esa sí que tenemos que tener miedo.
Piensa si estás viviendo alguna situación en tu vida, necesitada de la vida de Dios. Hoy Jesús nos pide fe para ser sanados. Imitemos a la mujer que tenía hemorragias.
Ella no podía estar ahí pues, debido a sus hemorragias, era una mujer impura. Por eso se acerca a Jesús sin decir nada, sin despertar la sospecha, por detrás, y le toca el borde del manto, es decir, rompe el protocolo.
Esta mujer nos habla de fe, de valentía; de romper el argumento previsto, lo políticamente correcto, lo esperado. Esta mujer cumple los dos requisitos: se siente necesitada de curación y confía en Jesús.
El caso de Jairo es todavía más sorprendente, pues su hija era una niña de doce años, que estaba agonizando y, finalmente, murió. Por eso, algunos le dijeron: «Jairo, tu hija ha muerto; no sigas molestando al Maestro». Gracias que Jesús lo oyó y le dijo: «No temas, basta con que tengas fe».
¿Has oído? Activa el músculo de la fe. No dudes del amor de Dios, pero confía y abandónate en Él. No olvides: «El justo vivirá por la fe».
Rezamos hoy el Santo Rosario como cada dia, con la Virgen Maria nuestra Madre del cielo. Pedimos por la Paz en el Mundo.
Las Tres Personas de la Santisoma Trinidadd, PADRE HIJO Y ESPIRITU SANTO son Dios y les rezamos por igual , per a Cristo lo vemos en carne mortal, mirándonos a los ojos, diciéndonos SIGUEME. Quiero seguir aferrado a Tu mano Señor, no la sueltes jamás