LUNES 23 DE MAYO DE 2022: DAREIS TESTIMONIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho» (Jn. 15, 26 – 16, 4a).
DAREIS TESTIMONIO
Jesús nos dice que el Espíritu Santo dará testimonio de él; y que también nosotros daremos testimonio, porque desde el principio estamos con él.
¿De qué testimonio nos habla Jesús?
- Del testimonio de la fe en el Amor de Dios, que tiene para siempre la última palabra: los cristianos no creemos
- ni en el sometimiento del mundo al imperio del mal,
- ni en el absurdo de la dependencia del azar,
- ni en dos fuerzas espirituales contrapuestas niveladas,
- sino en el triunfo del Amor en la historia, que es de salvación.
- Del testimonio de la fe en que el Nuevo Adán ha vencido al pecado, al dolor y a la muerte, y los ha convertido en perdón, en esperanza, y en vida eterna.
- Del testimonio de la fe por el que todos los que escuchen el anuncio del kerigma (“Cristo ha resucitado, y es primicia de la resurrección de quienes sean salvados por él”) están inexorablemente sometidos a tomar una decisión en su vida: o creerlo o no creerlo, porque en ello se dirime, a la postre, el sentido, el valor y el destino de la vida.
- Del testimonio de los que hayamos recibido el don de la fe, y a pesar de nuestro pecado, la hayamos libremente abrazado, y que sabemos que sólo en el reconocimiento de Cristo Resucitado podemos ser libres, podemos ser felices, y podemos serlo para siempre.
- Del testimonio de la fe de que su presencia no nos deja caer en la trampa de la autosuficiencia humana, porque su amor nos persigue en su palabra, en sus sacramentos, y en los hermanos, sobre todo en aquellos en los que vemos más claramente el rostro de su soledad y de su pasión con las que nos redimió.
- Y del testimonio de la fe que está de tal modo unida nuestra vida a él, que a pesar de que lo olvidemos y de que a veces vivamos como si él no hubiese muerto y resucitado para darnos la vida plena, la vida eterna, si llegase el momento, estaríamos dispuestos a dar la vida por confesar su nombre.
Querido hermano:
Cuenta con el Espíritu Santo cada día. Dios te quiere saludable, feliz, fuerte. El Espíritu Santo es quien te va a mostrar la vida de Jesús, quien hace que la fe sea viva, real, emocionante, verdadera. Jesús está vivo, el Espíritu Santo nos lo muestra.
Hoy te invito a que pidas al Espíritu Santo: «Espíritu Santo, ven sobre mí, habita en mi vida. Úngeme, sáname, purifícame, dame fortaleza y alegría. ¡Ven, Espíritu Santo!».
Rezamos cada día con la Virgen Maria Madre nuestra, el Santo Rosario. Pedimos que interceda; por los que no creen, en Dios Padre Nuestro. Tampoco en Jesucristo.; Ni en la Virgen Maria. Por la Paz en el Mundo entero. Tu hermano en la fe: José Manuel.
¿Daremos testimonio hoy, nosotros?Lo daremos.Lo estamos dando.Lo están dando muchos cristianos, muchos católicos, de forma anónima y silenciosa, sin asumir protagonismos ni salir en los medios, pero siendo la base sólida donde la voz del Espíritu Santo puede oírse, y el Resucitado se manifiesta.
Pensaba en Sudán, y en China,…, y en Rusia…y en tantos países que no salen en los noticieros de la tele ni en los reality, y de los que no se habla en los cafés…
Escuchar al Espíritu Santo hoy y dar testimonio, es abajarse a la tierra pisada,al lecho seco de los ríos, a la playa cubierta de residuos, y a las calles sin saneamiento ,y a los terrenos inundados de aguas putrefactas…a los bosques talados y los subsuelos estenuados…allí donde confluyen las guerras, el hambre, la enfermedad y la injusticia…abajarse para ser el rostro de Cristo, las manos de Cristo, el corazón y la Palabra.
¿Olvidamos a los verdaderos testigos y somos voceros de charlatanes? ¿Como ser cristianos y católicos coherentes hoy en nuestras circunstancias y con nuestros medios?¿Cómo dar testimonio y ser veraces?¿Como desenmascarar las mentiras del Demonio y poner paz en los corazones afligidos por el mal, para volverlos a la Luz?
Damos gracias a Dios por los dones recibidos y imploramos de la Santísima Trinidad la ayuda que necesitamos para ser testigos fieles .
Inmaculada, Gracias por tu comentario ; muy edificante.
Dios nos ama.